ELEVADA PREVALENCIA DE CONSUMO DE DROGAS DE USO RECREATIVO EN ESPAÑA EN HOMBRES SIN EL VIH
En los hombres gais, el consumo de estas sustancias tiene, en su mayoría, una finalidad sexual
Fuente: Marta Villar. gtt-vih.org
Los hombres sin el VIH presentan una elevada prevalencia de uso de drogas en entornos recreativos y/o sexuales. Además, el consumo de drogas relacionadas con el fenómeno del Chemsex es más frecuente en hombres gais y se asocia a conductas y prácticas sexuales de riesgo facilitadoras de la transmisión del VIH. Estas son las principales conclusiones a la que llega un estudio español –llevado a cabo de manera conjunta entre expertos sanitarios y profesionales del ámbito comunitario–, cuyos resultados han sido publicados el pasado mes de abril en la Revista Multidisciplinar del Sida de la Sociedad Española Interdisciplinaria sobre el Sida (SEISIDA).
El Chemsex podría definirse como el uso intencionado de drogas para mantener relaciones sexuales por un período largo de tiempo (desde varias horas hasta varios días). Esta práctica se ha asociado a determinados riesgos, como, por ejemplo, consumos desadaptativos o problemáticos de sustancias, problemas de salud mental y un incremento del riesgo del VIH y otras ITS.
Estudios previos han mostrado que en hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (HSH), el uso de drogas es más prevalente en los infectados por el VIH que en los seronegativos al VIH. Sin embargo, hay todavía poca información sobre el consumo de drogas en contextos recreativos y/o sexuales en hombres gais, bisexuales y otros HSH sin el VIH en España.
Con el fin de arrojar algo más de luz sobre esta cuestión, un equipo de investigadores de diferentes hospitales de Madrid junto con la asociación Madrid Positivo, llevaron a cabo un estudio observacional y transversal. Entre los objetivos que se plantearon se incluían la evaluación de la frecuencia del uso de drogas recreativas y de drogas asociadas al Chemsex en hombres sin el VIH, así como sus patrones de consumo, las conductas sexuales de alto riesgo, los efectos adversos en el sistema nervioso central (SNC) y la autopercepción de las consecuencias asociadas al consumo.
Para ello contaron con 666 hombres que fueron reclutados a través de una Unidad Móvil ubicada a pie de calle donde se realizaba la prueba rápida del VIH como parte de las actividades de prevención programadas para el “Orgullo Gay Madrid 2016”.
Previamente a la realización del test del VIH, se les invitó a participar en una encuesta de carácter anónimo, voluntaria y confidencial que incluía información relacionada con las conductas sexuales, prácticas sexuales de alto riesgo, antecedentes de ITS, consumo de drogas de uso recreativo, características del consumo y percepción de riesgos y repercusiones asociadas.
Del total de participantes, el 60% se identificó como gay, el 30% como heterosexual y el 10% restante como bisexual, la mediana de edad fue 32 años y la mayoría eran españoles (65%).
En los últimos 6 meses, el 76% de los encuestados mantuvo relaciones sexuales con más de una persona y el 22%, con más de 10 personas diferentes. En relación con sus parejas, el 40% tenía pareja estable; el 46% con pareja estable nunca utilizaba preservativo con ella; el 48% desconocía el estado serológico de su pareja, y el 39% tenía relaciones fuera de su pareja.
Tras el análisis se halló que el 57% de los participantes había consumido drogas en el último año. Las drogas de uso recreativo más utilizadas fueron el cannabis (55%), poppers (37%) y la cocaína (31%). El 25,9% reportó consumir alguna droga recreativa durante las relaciones sexuales siendo mayor la prevalencia en el grupo de hombres gais en comparación a los hombres heterosexuales y bisexuales (p <0.001).
Del mismo modo, la frecuencia del uso de drogas relacionadas con el Chemsexfue estadísticamente superior en los hombres gais encuestados donde 45 (11,5%) refirieron su uso, en comparación con los 14 hombres heterosexuales (7%) y 5 bisexuales (7,5%) (p= 0.008). Del total de hombres que utilizaron drogas relacionadas con el Chemsex, el 76,3% eran hombres gais.
Los hombres gais presentaron un mayor número de conductas sexuales de riesgo, más parejas sexuales ocasionales, más relaciones sexuales fuera de la pareja estable, mayor número de ITS previas (sífilis y gonorrea) y una menor frecuencia autorreferida del uso del preservativo, en comparación con los hombres heterosexuales y bisexuales.
En otro análisis de frecuencias se observó que los individuos que usaron drogas relacionadas con el Chemsex tuvieron una frecuencia significativamente mayor de haber recibido profilaxis postexposición (PEP) y profilaxis preexposición (PrEP) al VIH, un mayor policonsumo, mayor frecuencia de algún un episodio previo de ITS (clamidia, sífilis o gonorrea), mayor número de parejas sexuales, más prácticas sexuales de riesgo sin preservativo en los últimos 6 meses, mayor uso de fármacos para prolongar la duración del sexo (sildenafilo) y un mayor uso de alcohol que aquellos que no usaban drogas relacionadas con Chemsex.
Respecto a los síntomas asociados con el consumo de sustancias, se observó que aquellos que utilizaban drogas asociadas a Chemsex, presentaron mayor frecuencia de ideas suicidas, sobredosis, crisis de ansiedad/pánico, cansancio y fatiga posterior al consumo, paranoias, alteraciones del sueño o insomnio posterior al consumo y percepción de consumo problemático en comparación con aquellos que consumieron otro tipo de drogas.
La percepción subjetiva de considerar como problemático el consumo de drogas fue baja y menor al 5%; sin embargo, el 10,6% de los que consumía alguna droga desconocía si su consumo era problemático o no. Al 37,5% de los que consumía alguna droga les gustaría dejar de consumirlo y el 27,5% no lo sabía o no estaba seguro; el 80,4% consideraba que podría dejar de hacerlo sin ayuda profesional, y el 9.8% ya había acudido a un profesional sanitario o psicólogo en drogodependencias.
Los resultados del presente estudio ponen de manifiesto el gran desconocimiento existente acerca de la relevancia, las consecuencias y las potenciales implicaciones del consumo de drogas relacionadas con el Chemsex sobre el SNC. Los mismos investigadores señalan la necesidad de desarrollar planes de intervención de reducción de daños dentro de paquetes de prevención integral con el fin de evitar nuevas infecciones por el VIH, así como de ITS y evitar las consecuencias personales y sociales del abuso de drogas recreativas.
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