Formar profesionales para tratar adicciones, un desafío
El fenómeno de las adicciones y su prevención define realidades donde influyen la escuela, la universidad, el entorno laboral y recreativo
Fuente: www.clarin.com. Rubén Torres. Rector de la Universidad ISALUD.
La realidad requiere hoy de la educación en salud. Es necesario adaptar competencias profesionales para movilizar el conocimiento, comprometerse con el razonamiento crítico y la conducta ética. Se debe pasar del aprendizaje informativo que genera expertos y profesionales, al transformativo que desarrolla cualidades de liderazgo y produce agentes de cambio, para trabajar en equipo y adaptar recursos globales.
Con la Secretaría de Lucha contra Adicciones de Entre Ríos, la Universidad encaró una investigación para indagar conocimientos de estudiantes del último año de Enfermería y de Psicología de 15 universidades públicas y privadas de 10 provincias, respecto a drogodependencia y su abordaje. Conocer la percepción de riesgo sobre el consumo de sustancias, auto percepción sobre formación y actitudes para resolver casos relacionados con adicciones.
Un objetivo es conocer percepción de riesgo según plantea SEDRONAR. La evaluación que las personas realizan sobre la gravedad que acompaña el consumo de drogas, es uno de los factores de riesgo más conocidos en la población. Explica condiciones en que se hace probable el consumo de alguna sustancia, aunque su presencia no es necesariamente causa del mismo. La elección de profesiones se debió a que, en su futura práctica, se muestren interesados en la atención integral al paciente adicto y la prevención de las drogodependencias.
Un objetivo es conocer percepción de riesgo según plantea SEDRONAR. La evaluación que las personas realizan sobre la gravedad que acompaña el consumo de drogas, es uno de los factores de riesgo más conocidos en la población. Explica condiciones en que se hace probable el consumo de alguna sustancia, aunque su presencia no es necesariamente causa del mismo. La elección de profesiones se debió a que, en su futura práctica, se muestren interesados en la atención integral al paciente adicto y la prevención de las drogodependencias.
Es necesario revisar condiciones de formación. El 20% de los estudiantes desconoce la definición de droga de OMS y no sabe las características que presenta una persona adicta; 29% sostiene que es una persona emergente de la sociedad con malos hábitos, marginal y peligroso que presenta problemas con la ley; 43% desconoce cómo aborda y considera la ley de salud mental las adicciones y quiénes la padecen; 35% ignora la disposición para la internación de un paciente adicto, 31% cree que la tenencia y consumo en la vía pública de marihuana está despenalizado, 68% considera de bajo o ningún riesgo fumar marihuana y 20% cree que no existe riesgo en el consumo esporádico de cocaína, éxtasis e inhalantes.
Ademas de la necesidad de incluir en planes de estudios a las adicciones, es indispensable rever la formación profesional. La mayoría de los estudiantes no está formada para un abordaje integral. Desconoce conceptos básicos sobre adicciones, el marco legal en el que deben ejercer su profesión y tiene una baja percepción del riesgo que representa el consumo para la salud. Esta realidad muestra cierta vulnerabilidad en la formación de estos estudiantes, que minimiza el riesgo y naturaliza el consumo.
La percepción de riesgo es una opinión subjetiva sobre el daño asociado al consumo de drogas. Y la de los estudiantes es muy baja. El fenómeno de las adicciones y su prevención define realidades donde influyen la escuela, la universidad, el entorno laboral y recreativo. Los patrones generales de cultura ofrecen situaciones de riesgo frente al consumo de drogas y desarrollan cierta tolerancia. La educación tiene un compromiso ineludible con esta conformación cultural. Y la formación del recurso humano de salud tiene una deuda. Representa un desafío aún no enfrentado.
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