LAS DROGAS SINTÉTICAS, UN DESAFÍO GLOBAL
Fuente: Bo Mathiasen. El Tiempo.
Hoy igual que ayer, el consumo problemático de sustancias psicoactivas forma parte de un intenso debate, intervención y movilización política y social. Las diferentes posiciones coinciden en un punto: se trata de un fenómeno complejo que impacta el desarrollo humano, social, económico y cultural del país. Sin embargo, en la actualidad este fenómeno no responde a fronteras; es un gran desafío al mundo, sobre todo cuando la frontera entre los países productores y los países consumidores se está diluyendo poco a poco.
Veinte años atrás, el problema de las drogas sintéticas se limitaba a algunos países de Europa, Asia y Norteamérica, tanto en su fabricación como en su consumo. Pero hoy en día la situación es muy distinta. Un escenario cada vez más globalizado ha facilitado la aparición de nuevos centros de producción clandestina de drogas sintéticas, afectando prácticamente a todas las regiones del mundo y llevando a su vez a un aumento generalizado del consumo.
El Sistema de Alertas Tempranas (SAT) de Colombia ha emitido 28 alertas relacionadas con las nuevas sustancias psicoactivas (NSP), entre las cuales se destacan los estimulantes derivados de la anfetamina. Igualmente, se han reportado cannabinoides y triptaminas sintéticas, sustancias que, en general, son consumidas por población estudiantil, como lo demostró el último estudio de consumo realizado en población universitaria en Colombia. Este estudio indica una prevalencia de último año del 2,6 por ciento, la mayor en los países de la región Andina.
Aunque provienen de otros países, en Colombia se realizan procesos para adulterar las sustancias en formato ‘pastilla’ con el fin de obtener más ganancias económicas. El último boletín del SAT alertó sobre los riesgos relacionados con la presencia de múltiples sustancias dentro de una sola dosis de droga. En el análisis de pastillas se hallaron medicamentos como las benzodiacepinas, algunos para tratar problemas cardiacos, sustancias químicas industriales e incluso medicamentos de uso veterinario.
También es frecuente que exista policonsumo asociado a las sustancias sintéticas, pues en la búsqueda de diferentes efectos en el contexto recreativo se usan mezcladas con otras de origen vegetal, con alcohol o con bebidas estimulantes. En cualquiera de los casos, ya sea que se usen solas o combinadas, siempre existirán riesgos para la salud del consumidor, pues sus efectos no dependen exclusivamente del tipo o calidad de la droga, sino también de las condiciones físicas y de la tolerancia que el consumidor tenga frente a esta. Mientras que para un consumidor una NSP puede generar el efecto deseado, para otro, la misma NSP puede ocasionar efectos adversos, incluso fatales.
La curiosidad, el deseo por experimentar nuevas sensaciones y la presión de grupo continúan siendo los principales motivos que impulsan al consumo, especialmente entre los jóvenes. La mayoría de los consumidores de estimulantes sintéticos los perciben como seguros y piensan que provocan efectos positivos, pues aumentan la empatía, generan mayor resistencia física y alteran la percepción. Sin embargo, el desconocimiento sobre la composición real, la concentración y los procesos de fabricación aumentan el riesgo potencial del daño; cada vez son más frecuentes los episodios de intoxicación por la interacción de las sustancias.
El llamado urgente es a generar información precisa, veraz y oportuna sobre las sustancias que están circulando, cuáles son sus posibles efectos y qué produce el policonsumo. Si los jóvenes cuidan su cuerpo, comen sano, hacen deporte, se preocupan por lo estético, por el medioambiente, también deberían saber que la búsqueda de placer en una pastilla puede terminar en el deterioro de su mente, su cuerpo y hasta su vida. Ninguna droga es inofensiva.
BO MATHIASEN*
Representante de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga.
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