La ruleta y el tapete emigran a internet
El juego por Internet absorbe ya casi la cuarta parte de todo el dinero que los españoles se gastan en el azar. El bocado cada vez mayor de los operadores online repercute en la recaudación fiscal y revela un cambio en el perfil sociológico de los jugadores.
Miguel Mazón y Mariano Choliz, profesores del MÁSTER EN PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS CONDUCTAS ADICTIVAS.
Los españoles jugaron en 2014 un poco más que el ejercicio anterior pero esto no tuvo una repercusión positiva ni en los márgenes de las empresas ni, por tanto, en la recaudación del Estado. La razón de este fenómeno hay que buscarla en las pantallas de los ordenadores personales y los dispositivos móviles. El juego por Internet sigue devorando progresivamente a las variantes presenciales tradicionales y representa ya el 23,40% de todas las ventas realizadas por el sector el año pasado.
La Memoria Anual recientemente publicada por la Dirección General de Ordenación del Juego refleja unas cantidades jugadas totales por importe de 30.052 millones de euros, poco más de un 3% más, de los que 7.306 millones corresponden al margen, es decir, el volumen de dinero jugado que no se devuelve en premios.
Este importe se ha reducido un 3, 39% como consecuencia del mayor peso del juego por Internet en la tarta general. La modalidad no presencial es mucho más generosa a la hora de devolver dinero en forma de premios. Retorna a los jugadores el 95,40% de lo que destinan a sus apuestas (el año anterior fue el 96,4%) entre otras razones porque los gastos de explotación de los operadores son muy inferiores: tienen muchos menos empleados, no requieren de grandes infraestructuras físicas ni logísticas y su fiscalidad es inferior a la de sus competidores analógicos.
La consecuencia para el Estado del progresivo trasvase de dinero jugado de la modalidad presencial es un descenso de los ingresos tributarios. La Memoria Anual de 2014 no ofrece datos al respecto, algo que sí venía haciendo tradicionalmente. El experto en juego y autor de la obra Análisis económico , jurídico y fiscal del juego, Miguel Mazón, estima que de los 6.564,7 millones de euros jugados «online», apenas han llegado a las arcas públicas en forma de tributos unos 78 millones de euros. «España se está convirtiendo en el país del mundo que más oferta de juego tiene y el juego online se está comiendo buena parte del pastel. El problema es que está modalidad no genera fiscalidad, ni empleo y encima están empezando a aparecer problemas de adicciones», añade.
Los menores costes operativos del juego online permiten reducir los márgenes y aumentar el porcentaje de premios, pero también reducen su fiscalidad.
Lo cierto es que el juego por Internet atrae a colectivos mucho más jóvenes que otras modalidades. El «Análisis del perfil del jugador “online”» en 2014 que acaba de publicar en su web la Dirección General de Ordenación del Juego refleja que los usuarios más representativos por volumen de participación en apuestas, casinos y póquer fueron varones con edades comprendidas entre 26 y 35 años. En el bingo por Internet, las principales usuarias eran mujeres de entre 36 y 45 años. El año pasado participaron en los juegos, al menos una vez, 824 .026. El gasto medio anual por jugados es de 243 euros, aunque los hombres gasta el doble que las mujeres (261 euros frente a 123 euros). Los jugadores de entre 46 y 55 años son los que más gastan.
DESCENSO DE LA INFORMACIÓN: APAGÓN ESTADÍSTICO EN LA DG DEL JUEGO
¿Cuánto dinero recauda el Estado gracias a Loterías y Apuestas del Estado? ¿Y gracias a los casinos, bingos, las máquinas tragaperras o salones de juego? ¿Cómo ha evolucionado el empleo en el sector del juego?¿Trabaja más o menos gente? Todas estas preguntas se han quedado sin respuesta en la Memoria del Juego de 2014, del mismo modo que la información ya llegó incompleta en la de 2013. La Dirección General de Ordenación del Juego del Ministerio de Hacienda lleva varios ejercicios reduciendo la carga estadística de sus informes, lo que dificulta realizar análisis completos de la evolución del sector en España y de su impacto socioeconómico. El apagón estadístico ha coincidido con la regulación del juego «online», un subsector cuya carga tributaria es inferior a la de las modalidades presenciales porque sus márgenes son inferiores, ya que soportan también menos gastos operativos y laborales al no necesitar de una gran infraestructura para operar.
Pese a ello, las nuevas modalidades de juego online han demostrado tener un potencial adictivo mayor que el juego presencial. En un reciente artículo publicado por Mariano Chóliz en Journal of Gambling Studies, se puso de manifiesto que desde la legalización del juego online en España ha habido un incremento muy notable de jugadores patológicos en tratamiento cuya causa principal es el juego online. Este incremento ha sido especialmente relevante en jóvenes, hasta el punto de que, en el caso de los menores de 26 años, el juego online es la principal causa de la adicción al juego, superando en poder adictivo no sólo a bingos y casinos, sino también a máquinas tragaperras.
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