Uno de cada cuatro estadounidenses ha sido adicto a los analgésicos

O conoce a algún adicto. Sesenta y seis millones de adultos en Estados Unidos para quienes la crisis de opiáceos se ha vuelto intensamente personal.

Fuente: Bloomberg News. EL ESPECTADOR.

Los doctores escribieron 259 millones de recetas de opioides para los estadounidenses en 2012, lo suficiente para medicar a todos los adultos en el país. Las sobredosis de drogas están eclipsando a los accidentes automovilísticos como causa principal de muerte accidental de los adultos estadounidenses.

Una encuesta de la Fundación Kaiser Family añade un nuevo número preocupante a la contabilidad: el 27 por ciento de los estadounidenses informan que, o bien han sido adictos a los analgésicos recetados o tienen un familiar o amigo cercano que lo ha sido.

Eso es, más o menos, 66 millones de adultos en Estados Unidos para quienes la crisis de opiáceos se ha vuelto intensamente personal.

La Fundación Kaiser entrevistó a 1.352 personas de una muestra nacional por teléfono. La encuesta tiene un margen de error de muestreo de más o menos tres puntos porcentuales.

Más de la mitad reporto alguna conexión con la epidemia –conocer a alguien que alguna vez haya abusado de los analgésicos, fuera adicto, o hubiese muerto a causa de una sobredosis. Si usted no tiene algún tipo de conexión personal con el abuso de analgésicos, se encuentra en la minoría.

La demografía de aquellos afectados por la crisis se sesga hacia los hombres más jóvenes, blancos, de mayores ingresos y con educación universitaria.

El dieciséis por ciento dice que conoce a alguien que murió, más de la mitad de ellos siendo familiar o amigo cercano.

La adicción a las drogas con receta y una epidemia de la heroína relacionada han demostrado una difícil crisis de salud pública desde que el abuso de analgésicos comenzó a aumentar hace más de una década. Desde la Casa Blanca hasta las casas de los distritos locales, funcionarios del gobierno han luchado para encontrar la manera de revertir la tendencia. La encuesta de Kaiser encontró fuertes mayorías en apoyo de soluciones políticas, incluyendo tratamiento de drogas, un control más estricto de quienes realizan prescripciones, y leyes de «buen samaritano» que protejan a los consumidores de drogas de ser acusados si llaman en busca de ayuda cuando los adictos sufran de sobredosis.