Los alumnos dicen que fuman y beben menos de lo que creen sus docentes
Fuente: www.clarin.com
Desde que el mundo es mundo, buena parte de los adultos creen que los adolescentes no son más que ovejas descarriadas o rebeldes sin causa. Ahora, un estudio de la Universidad Kennedy parece confirmar la vigencia de ese pesimismo: según la investigación, los docentes de Buenos Aires tienen una visión más negativa sobre los jóvenes que ellos mismos.
Para el estudio, elaborado por los investigadores Ezequiel Cozza, Laura Hereñú y Eduardo Cozza, se encuestó a 264 jóvenes de entre 13 y 20 años, y a 62 docentes de escuelas secundarias (de 30 a 47 años) de Capital y el conurbano, y se les preguntó su opinión sobre distintos comportamientos de los jóvenes. En todos los casos, los adultos demostraron tener una percepción más pesimista que sus estudiantes sobre la juventud actual.
Por ejemplo, los docentes creen que, en promedio, el 48% de los jóvenes fuman, mientras que los jóvenes creen que solo el 24% de sus pares lo hace. Los docentes creen que el 69% de los adolescentes toman alcohol en exceso, pero la percepción baja al 45% entre los chicos.
También hay una brecha en las percepciones de cuántos consumen drogas. En síntesis: los profesores creen que los jóvenes son más propicios a los “vicios” y más “imprudentes” que lo que se consideran los chicos. Además, para los docentes, las valoraciones que los jóvenes hacen de la autoridad docente, la escuela y la admiración por el conocimiento son menores que las percibidas por los propios alumnos.
Clarín consultó a varios docentes para conocer su opinión. «En general coincido con que los docentes tienen una imagen más pesimista. Pero también creo que, aunque los vemos más imprudentes, al mismo tiempo somos un poco cándidos sobre sus prácticas actuales, mucho más atravesadas por el consumo –de sustancias, de bienes materiales, de estímulos– que nuestras adolescencias», planteó Manuel Becerra, profesor de una secundaria pública de la Ciudad y autor del blog Fue la Pluma.
«Creo que lo que más preocupa al docente es la frustración ante un ‘alumno’ que no desea ser alumno y la imposibilidad de entablar un diálogo con él para enseñar y aprender», analizó Adriana Lara, profesora en secundarias públicas bonaerenses. Para Adriana, allí está la principal «brecha» entre las percepciones de estudiantes y docentes: «La mayoría de las veces los alumnos no se dan cuenta de que no están aprendiendo, aunque son los principales perjudicados».
Desde su experiencia en escuelas públicas de bajos recursos en Maquinista Savio, Escobar, la profesora Dora Gerez describió: «Los docentes vemos que los jóvenes no tienen visión de futuro porque perciben que la secundaria no les sirve, que no aprendieron, que no están capacitados para ir a la universidad». Dora aclara: «Más que ser pesimistas, los docentes vemos que la juventud vive saltando etapas y poniendo en riesgo su vida».
Sin comentarios