Un contenido equilibrado de THC mejora la seguridad del cannabis
Cada vez más países están optando por la legalización o despenalización.
Fuente: MARÍA SÁNCHEZ-MONGE. Diario Médico.
El consumo de cannabis está aumentando en todo el mundo y se está incrementando su potencia. Además, cada vez más países están optando por la legalización o despenalización. Ante este panorama, cuatro científicos del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King’s College de Londres proponen en un artículo de opinión que se ha publicado en The Lancet medidas para reducir los daños que produce esta droga. Una de las posibles vías es lograr un producto con una adecuada proporción de los principales ingredientes activos. Otra es reducir su consumo junto con tabaco.
La planta Cannabis sativa contiene al menos 144 compuestos diferentes conocidos como cannabinoides y más de 1.100 componentes de otros tipos, como terpenoides o flavonoides. Los cannabinoides más abundantes son el tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD). El THC es el principal responsable del potencial psicoactivo del cannabis, mientras que cada vez son más los estudios que apuntan hacia un papel protector del CBD frente a esos efectos nocivos, que pueden resumirse en adicción, psicosis y problemas cognitivos. Sin embargo, en las últimas cuatro décadas la tendencia general ha sido hacia un aumento de la potencia (el porcentaje de THC) del cannabis, manteniendo el CBD en concentraciones muy bajas.
Las mismas técnicas de cruzamiento que se emplean para aumentar la cantidad de THC pueden servir para incrementar la proporción de CBD en el cannabis. Amir Englund y sus compañeros del King’s College sugieren un “impuesto basado en el contenido de THC” como método para incentivar el cambio. Además, comentan que, según la evidencia científica disponible, el CBD mitigaría el daño producido por el THC sin comprometer los efectos placenteros.
Manuel Guzmán, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Complutense de Madrid y vocal de la Sociedad Española de Investigación sobre Cannabinoides, explica que la noción de que “la incorporación del CBD hace más seguro el consumo es, en realidad, un redescubrimiento. La arqueología del cannabis muestra que las preparaciones terapéuticas siempre se han separado de las recreativas y han estado bien equilibradas en su contenido de THC y CBD. Ahora se está reintroduciendo el CBD en la farmacología y se están redescubriendo sus propiedades terapéuticas”.
Por eso, considera muy recomendables las iniciativas encaminadas a elevar el contenido de CBD. “Los cultivadores tendrían que buscar las semillas más equilibradas. Otra opción es combinar marihuana con cáñamo, rico en CBD”.
El psiquiatra Miguel Ruiz-Veguilla, del Hospital Virgen del Rocío, de Sevilla, cree que propiciar un consumo más seguro puede ser interesante: “No veo mal la propuesta”. El problema es que “hay que legislar, y es difícil legislar algo que no conoces cómo funciona”, alega, en referencia al gran desconocimiento que sigue habiendo sobre cómo actúa el cannabis en el cerebro. En todo caso, confía en que se siga avanzando.
Anna Mané, del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Hospital del Mar, de Barcelona, considera que “se precisan más estudios para conocer la ratio exacta, pero lo que está claro es que la misma cantidad de THC pero con más CBD reduce síntomas cognitivos, psicosis y adicción”.
Según esta psiquiatra, “cada vez hay más gente en tratamiento por adicción al cannabis y su relación con los problemas psicóticos es muy evidente”. Cree que “lo ideal sería que bastase con proporcionar información, pero muchas veces, probablemente porque el consumo tiene efectos reconfortantes, no basta; por eso, se trata de que, al menos, sea más seguro”.
Y Rocío Martín-Santos, consultora senior del Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínico de Barcelona, cree también que, “ya que está planteándose la despenalización o el mercado libre, debe acompañarse de medidas para que ocasione menos problemas de salud”.
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