Crece el alcoholismo en las mujeres

junio 08, 2017

Alcohólicos Anónimos celebra 82 años con presencia en 180 países y diversas actividades.

Fuente: GIULIANA CHIAPPE. www.eluniversal.com

Para un alcohólico la botella nunca se acaba. El fondo está cada vez más lejos. No puede dejar el alcohol, aunque asegure que sí. Y mientras más se aleja del fondo, más estrepitosa será la caída.

Ser alcohólico no lo define la cantidad o el tipo de licor que se bebe sino el hecho de que la bebida transforma la actitud y el comportamiento.
Tres de cada diez alcohólicos son mujeres. Parece una cifra menor pero es alarmante: está aumentando aceleradamente. Y no sólo en número sino también en actitud. Beben en público, cosa que antes no hacían. Y, como siempre, son más vulnerables a los efectos del alcohol y de los depredadores que suelen estar alrededor de un alcohólico: ladrones, violadores, maltratadores.
“Según los científicos, a la mujer le falta una enzima estomacal, por lo que no puede procesar el alcohol.  Por eso nos emborrachamos más rápido. Una mujer borracha es presa fácil de cualquier cosa. El estigma social es peor. A la mujer que bebe se le ve como una zorra”, habla María.
Un hándicap: La mujer no busca ayuda. Aunque 30% de los alcohólicos en Venezuela son de sexo femenino, la proporción en los grupos de Alcohólicos Anónimos es mucho menor.
La enfermedad del alma
Junto a María está Eduardo, quien comenzó a beber a los 14 años y logró recuperarse con Alcohólicos Anónimos. Ambos coinciden en que el alcoholismo es una enfermedad crónica, que no se cura. “Nadie ha regresado de ser alcohólico a ser bebedor social. Eso no existe”, asegura. ‘ María lo define como una “enfermedad del alma” porque, asegura, nadie bebe por placer. “Siempre se bebe para esconder un problema interno”.
La Organización Mundial de la Salud dice que el alcoholismo es una enfermedad y esto les consta a los miembros de Alcohólicos Anónimos. “En los 26 años que llevo, he visto gente que cree que está curada y vuelve a beber.  Y al poco tiempo están peor que antes, haciendo cosas que no imaginaban que serían capaces de hacer”, refiere María.
Sin embargo, la reincidencia es muy baja entre los alcohólicos anónimos. “Los que suelen abandonar son aquellos que no fueron por su propia cuenta, que los llevaron”. La razón es que en estos grupos encuentran la aceptación y el aprecio que nunca encontró estando ebrio.

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