APRENDER A CONVIVIR CON LAS DROGAS
IGNACIO CALDERÓN, DIRECTOR GENERAL DE LA FAD
Fuente: www.20minutos.es
Cuando hace ya tres décadas se desató en España la ‘crisis de la heroína’, que fue el momento en el que socialmente se tomó conciencia en nuestro país del problema del consumo de drogas, se comenzaron a poner en marcha las estructuras de respuesta. Y en casi todas las acciones emprendidas, el NO a las drogas estaba implícito. La alarma social y la gravedad del fenómeno así lo exigían.
Pero treinta años más tarde sabemos que las drogas no van a desaparecer y por ello debemos aprender a convivir con ellas. Eso no significa ni mucho menos que nos crucemos de brazos y lo aceptemos sin más, sino que trabajemos para minimizar su presencia, ya que todos los consumos implican riesgos. Pero, sobre todo, debemos revisar críticamente las estrategias de enfrentamiento. No podemos seguir utilizando las mismas fórmulas.
Los objetivos de las intervenciones deben ser realistas y eso no supone ninguna renuncia. El objetivo de la abstinencia total no debe ser excluyente, salvo si hablamos de menores, y en ocasiones la prevención debe plantearse de forma compatible con algún tipo de consumo. Que se consuma menos, que el inicio se produzca más tarde, que se prolongue durante menos tiempo, que se haga con menos riesgo, que tenga menos importancia en la vida de las personas, etc., también son objetivos preventivos.
Los programas de reducción del daño —como los que ha puesto en marcha el Ayuntamiento de Bilbao y en los que España ha sido pionera y ejemplo mundial— se dirigen a población muy específica, población consumidora, por lo que no pueden ser sacados de contexto. En ningún caso deben dirigirse a población general.
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