TRUMP DECLARA LA «EMERGENCIA DE SALUD PÚBLICA» POR EL ABUSO DE OPIÁCEOS
El presidente quiere frenar la adicción a los opiáceos. 64.000 personas murieron el año pasado en EE UU por abusar de esas sustancias. Alerta: 20 millones de estadounidenses son adictos a las drogas. Una epidemia de heroína sacude a la población blanca de EE UU.
Fuente: www.20minutos.es
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró este jueves la «emergencia de salud pública» en el país por el uso de opiáceos, una sustancia cuyo consumo provocó la muerte de 64.000 personas el año pasado y supone la peor crisis de consumo de drogas de «la historia de la humanidad».
«De manera efectiva a partir de hoy, mi Gobierno declara la epidemia de los opiáceos como una emergencia de salud pública», dijo Trump, que también afirmó que su país es el que más analgésicos opiáceos consume en el mundo.
Trump hizo estas afirmaciones durante una ceremonia en la Casa Blanca para declarar esa crisis como una «emergencia de salud pública», lo que permitirá destinar más fondos a nivel estatal y federal para la lucha contra la adicción a analgésicos con receta como OxyContin o Vicodin, que lleva a muchos estadounidenses a engancharse después a la heroína.
El mandatario firmó un memorándum presidencial en el que ordena al secretario en funciones del Departamento de Salud y Servicios Humanos, Eric Hargan, dicha declaración y en el que pide a todas las agencias del Gobierno que prioricen la lucha contra los opiáceos.
«Estados Unidos es de lejos el mayor consumidor de estas drogas usando más pastillas por persona que cualquier otro país del mundo, de lejos», afirmó Trump, quien aseguró que la actual crisis es «la peor de la historia de Estados Unidos» y de «la historia de la humanidad».
Según los datos que citó el presidente, procedentes de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), 64.000 personas murieron el año pasado por sobredosis de opiáceos (incluida la heroína) en Estados Unidos, lo que supone la muerte de 175 estadounidenses al día y siete víctimas mortales cada hora.
Trump reconoció que hay que afrontar el problema de la demanda de drogas de Estados Unidos, pero aseguró que no existe «otra opción» que trabajar con otros países, tanto China como naciones en Latinoamérica, para afrontar el problema de las drogas en donde se originan esas sustancias.
Según dijo, el «90 % de la heroína» que llega a Estados Unidos pasa a través de la frontera con México, donde prometió que construirá un muro que «tendrá un gran impacto».
Durante el acto en la Casa Blanca, Trump estuvo acompañado por la primera dama, Melania, así como por padres que han perdido a sus hijos por la drogadicción y miembros de las fuerzas
de seguridad que luchan contra el tráfico de drogas.
La declaración de «emergencia de salud pública» durará 90 días, pero puede ser renovada de manera indefinida.
En vez de «emergencia nacional», Trump ha optado por declarar una «emergencia de salud pública», de manera que no se destinarán nuevos fondos a la lucha contra los opiáceos, pero se ordenará a todas las ramas del Gobierno que dirijan sus actuales partidas presupuestarias a esa crisis, detallaron funcionarios del Gobierno.
Los críticos de esta medida temen que priorizar la lucha contra los opiáceos descuide las investigaciones, por ejemplo, sobre el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
Zonas rurales
La declaración de «emergencia de salud pública» permitirá que accedan a cuidados médicos quienes viven en zonas rurales y, además, facilitará el despliegue de especialistas en áreas especialmente afectadas por el abuso de opiáceos.
Los funcionarios pusieron de ejemplo a los vecinos de los montes Apalaches en estados como Virginia Occidental y Pensilvania donde existen grandes índices de desempleo entre mineros y antiguos trabajadores del acero, lo que ha generado condiciones que pueden propiciar la adicción. «A veces el desempleo es la causa de la adicción y, a veces, es al contrario», ha afirmado un alto funcionario.
Para hacer frente a esa dicotomía, Trump ordenará al Departamento de Trabajo que otorgue subvenciones a algunos de los 50 estados del país para facilitar el empleo de personas que han sufrido los efectos de la adicción y el desempleo, detallaron los funcionarios en su contacto con la prensa.
Con la declaración de «emergencia de salud pública», el Gobierno también podrá dar fondos a los estados para el tratamiento de adicciones mediante sustancias como metadona, buprenorfina y naltrexona, lo que supone un paso importante porque algunos estados no financian esos medicamentos.
Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, los opiáceos (entre los que se incluye la heroína) fueron responsables de 64.000 muertes en 2016.
Las autoridades consideran que la adicción a los opiáceos abre las puertas al consumo de heroína, mucho más barata que los medicamentos en el mercado negro.
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