PREVENCIÓN DE ADICCIONES: UNA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA
Fuente: www.lanacion.com.ar
La problemática del consumo de drogas y sus efectos individuales y colectivos, se ha extendido en los últimos años, expresándose en diferentes ámbitos, generando preocupación y diversas respuestas que no siempre son adecuadas. Sin dudas, es un tema que atraviesa a la sociedad en su conjunto. Trabajar de forma integral para detectar y prevenir situaciones de consumo es pensar en el futuro y la comunidad de forma sustentable.
En este sentido y desde hace tres años, Pan American Energy, primera productora privada de petróleo y gas del país con un 18% de participación en el mercado de hidrocarburos, trabaja la problemática de las adicciones junto a la Fundación Nuevo Comodoro, Foro 21 y la Universidad Nacional de Córdoba, en conjunto con el Ministerio de Educación de la provincia de Chubut. Esta iniciativa se extendió también a la provincia de Neuquén en 2016.
A partir de un relevamiento realizado a través de encuestas anónimas y confidenciales a docentes y alumnos de escuelas secundarias públicas de Comodoro Rivadavia, se obtuvo información acerca de la situación respecto a las adicciones. Dicho estudio también se efectuó en otras provincias lo que permitió la comparación de datos.
Según este mismo informe, casi el 60% de los docentes no había recibido ningún curso de capacitación sobre adicciones. Por otro lado, es importante destacar que el 75% de los encuestados cree que son los padres quiénes tienen la responsabilidad de instruir a los adolescentes en la prevención.
«Lo que nos llamó particularmente la atención de este estudio, fue que los docentes contaban con muy pocas herramientas para poder abordar esta problemática», destaca Agustina Zenarruza, Líder de Responsabilidad Social Empresaria de Pan American Energy. Al mismo tiempo, la ejecutiva subraya que otras variables que expuso la investigación tenían que ver con la temprana edad de inicio en el consumo y la escasa o nula conciencia de los jóvenes acerca de las consecuencias del alcohol y drogas.
«Es difícil determinar en qué momento se produjo un salto importante en el consumo de alcohol y drogas en la ciudad, pero cuando empezó a impactar en el ausentismo laboral sentimos que era momento de involucrarnos activamente», subraya Vladimiro Macharashvili, empresario y actual presidente de la Fundación Nuevo Comodoro.
Un protocolo preventivo
A partir de las encuestas realizadas y las conclusiones, tanto PAE como la Fundación Nuevo Comodoro comenzaron a realizar esfuerzos de forma mancomunada para trazar un plan trasversal que alcanzara diferentes estamentos sociales.
Fue así que Pan American Energy, junto a sus socios en esta iniciativa, pusieron en marcha el Programa de Prevención de Adicciones, que se centró en la formación y capacitación de los distintos actores sociales locales a través de distintos cursos: el de Operadores Terapéuticos en Adicciones, el de Operadores en Prevención de Consumo Problemático de Drogas o el Programa de Formación y Acompañamiento en Intervenciones Escolares.
Aunque abiertos a toda la comunidad, se trabajó principalmente con docentes, médicos, psicólogos y fuerzas de seguridad. Luego, por la gran demanda local, se fueron agregando seminarios de actualización, a la vez que se abrieron espacios de debate acerca de la problemática en escuelas y sindicatos.
«A través del trabajo conjunto, notamos la necesidad de contar con un lenguaje y metodología de abordaje integral», comenta Macharashvili y agrega que por eso, se trabajó en el desarrollo de un protocolo preventivo de actuación institucional frente a situaciones de consumo.
Con cuatro años de vida, el programa está trabajando en el desarrollo de indicadores para poder dimensionar el impacto de sus acciones. De todos modos, ya hay algunos números que reflejan el alcance de sus iniciativas. Entre Comodoro Rivadavia y Neuquén, más de 12.000 chicos participaron en los más de 270 talleres y se formaron a 82 docentes preventores y a más de 150 operadores terapéuticos.
El programa es autosustentable: tiene el objetivo de dejar capacidad instalada en la región, formando a los profesionales locales para que puedan a su vez transmitir sus conocimientos y experiencia. «Buscamos modificar conductas e incentivar a la buena toma de decisiones en la población, contribuyendo a una mejora de la calidad de vida a nivel personal y comunitario», concluye Zenarruza.
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