HACIA UN FUTURO SIN ANALGÉSICOS ADICTIVOS
Fuente: infosalus.com.
Investigadores de la Universidad de Charité, en Berlín (Alemania), ha dado un paso importante hacia el desarrollo de analgésicos de nueva generación que no causan adicción y que trabajarán directamente sobre el tejido lesionado.
Los analgésicos tienen unos efectos de alivio del dolor muy potentes, pero pueden llevar rápidamente a la dependencia, y, durante algún tiempo, se han recetado fácilmente. Con todo, actualmente, los analgésicos que contienen opioides son indispensables en la práctica clínica y se usan, sobre todo, en pacientes recién operados o que se encuentran en un tratamiento oncológico.
Así, este nuevo estudio, publicado en ‘Scientific Reports’, muestra que la acidez de los tejidos en la zona de la lesión es «determinante» y «crucial» en el desarrollo de nuevos fármacos. Esto se debe a que el reajuste de la constante de acidez de una molécula opioide determinará su perfil de riesgo, incluyendo su potencial de adicción.
Así, un grupo de investigadores, liderados por el doctor Christoph Stein, ha encontrado una alternativa de analgésicos con menos efectos secundarios. Los esfuerzos previos dieron lugar al desarrollo de tres nuevas sustancias opioides que fueron desarrolladas en colaboración con colegas del departamento de Matemáticas aplicadas del Zuse Institute Berlin.
Así, utilizando un modelo animal de dolor inflamatorio para estudiar más en profundidad estos tres fármacos, los investigadores han podido explorar sus efectos con mayor precisión, mientras que también examinaban los efectos adversos típicos, como cansancio, constipación y adicción.
«Cuando comparamos con el opioide estándar (fentanilo), los resultados de los nuevos fármacos hablaban por sí solos», ha expresado Stain, señalando que, «cuanto más se acerque el valor de reajuste de la constante de acidez de la molécula de unión al nivel de acidez del tejido inflamado o lesionado, más selectiva será la activación de los receptores opioides en la fuente del dolor, y más bajo será el riesgo de adicción o efectos secundarios», ha explicado.
En el caso del fentanilo, el valor reajuste de la constante de acidez es más alto que el pH fisiológico normal. «Este opioide estándar también llega al cerebro más fácilmente», ha aclarado. Los investigadores están explorando la opción de aliviar el dolor inflamatorio y posoperatorio dirigiéndose directamente al sitio de su origen, esto es, el tejido lesionado.
En concreto, a diferencia de los analgésicos convencionales, los nuevos fármacos solo activarán los receptores de los opioides en condiciones de acidez. Esto significa que solo trabajarán sobre el tejido lesionado; por lo que se prevendrán efectos adversos severos.
«Hemos usado células cultivadas para estudiar las maneras en las que los receptores de opioides y las moléculas que anulan estos receptores interactúan en los diferentes niveles de los tejidos», ha explicado. «Hicimos esto para determinar las propiedades químicas necesitadas para optimizar los efectos de estos nuevos fármacos. Algunos de los receptores incluso fueron alterados genéticamente», ha añadido Stein.
El equipo llegó a la conclusión de que el reajuste de la constante de acidez determina el perfil de riesgo de una molécula opioide particular, es decir, sus efectos secundarios. «Hasta ahora, nadie sabía sobre la importancia de dichos valores y su papel en la seguridad de los opioides», ha afirmado el líder del estudio
Así, si esta nueva generación de analgésicos se hiciera realidad, tanto los efectos secundarios peligrosos como el potencial de adicción podrían convertirse en algo del pasado. «Nuestros estudios clínicos previos ya han demostrado que la activación selectiva de los receptores de opioides periféricos en el tejido lesionado, por ejemplo mediante la inyección de opioides convencionales como la morfina, puede tener poderosos efectos analgésicos en humanos», ha expresado Stain.
«Por lo tanto, confiamos en que nuestra nueva clase de medicamentos, que ahora están disponibles para uso intravenoso por primera vez, serán un éxito», ha afirmado el profesor Stein. Se espera que los primeros ensayos clínicos sobre estos nuevos medicamentos comiencen dentro de dos o tres años. Paralelamente, el equipo también está estudiando otras medicaciones derivadas de esta nueva generación.
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