La edad «no está cambiando, sino que se está normalizando cada vez más», asegura a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León, el sacerdote Manuel Muiños, presidente de Proyecto Hombre Salamanca. Pero va mucho más allá, «se consume entre las edades más tempranas, y más con las nuevas adicciones que están apareciendo, como es el juego por internet». Y es rotundo: «Para nosotros, en que aparezcan personas con 14 años, que lleven consumiendo desde los 11, puede llamar la atención en que a esas edades ya hayan probado la cocaína y otras sustancias y otras adicciones. De entrada te sorprende, pero es una realidad que está ahí mismo, en la calle».

Una de las adicciones que más está apareciendo en los jóvenes actuales es el alcohol, que «se hace muy presente entre los jóvenes, y no tan jóvenes». Para Muiños tiene una explicación: «Es un problema más de esa normalización en el consumo, de verlo como algo natural. No solo el alcohol, sino otras drogas y otras adicciones. No ha cambiado ese perfil del consumidor, sí del consumo. El consumidor sigue siendo un ser humano con dificultades, con sus carencias, con sus problemas, con mil cosas que no sabes gestionar, y acabas yendo por esos derroteros, pero de lo que se consumió en los años 70, a lo que se consume hoy en día, o cómo se consume, si ha cambiado».

Los juegos en línea son la droga más adictiva a la que se están enganchando los adolescentes de hoy, sobre todo a las apuestas deportivas. Para más de la mitad de los jóvenes españoles entre 18 y 35 años (un 56,3% de los casos), jugar por internet ha pasado de ser una simple afición a convertirse en su principal adicción, según un estudio elaborado por el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL). De hecho, en 2013, la Asociación Americana de Psiquiatría ya incluyó la adicción al juego online dentro de la categoría de trastornos mentales.

«El juego de apuestas se ha modificado sustancialmente en los últimos años. La fiebre por el juego online se ha instalado entre nosotros. El sector ha crecido, sobre todo, de la mano de las apuestas deportivas, apoyadas en grandes campañas de publicidad, con figuras publicitarias atractivas y asociadas, sobre todo, al fútbol. Se trata, además, de juegos de estrategia, en donde los jugadores creen tener conocimientos y un cierto control sobre lo que apuestan, lo que genera una mayor capacidad adictiva», explica Enrique Echeburúa.

«El juego online se ha introducido con fuerza en ciertos sectores de la población. Así, los ciberjugadores suelen ser adolescentes o jóvenes adultos varones entre 20 y 40 años que suelen apostar, al menos, una vez por semana, cuentan con estudios medios o superiores, están familiarizados con las nuevas tecnologías, tienen un cierto nivel adquisitivo y son aficionados al deporte», explica Echeburúa.

Ante ello, Manuel Muiños insiste: «Vamos siempre a por los más jóvenes, en ese sentido de etiquetar, y decir que los jóvenes, pero no son sólo los jóvenes. Sí que es verdad que la juventud lo tiene muy a mano. Además, el acceso a Internet, muchas veces sin ningún tipo de filtro en los menores, está llevando a situaciones realmente lamentables, no sólo en el juego, sino también en la pornografía, en otras miles de violencias que llegan en vídeos, y que normalizan la violencia como algo natural, como algo que cuando antes era algo tremendo y chocante para ellos, hoy en día conviven con esa realidad a través de internet. De ahí vienen muchas consecuencias de todo este problema de las adicciones y violencia en las generaciones más nuevas».

Recuerda el presidente del Proyecto Hombre: «Pero vamos a ver, que hay gente de todas las edades, que hay personas que tienen que pedir préstamos al banco para poder afrontar los gastos del mes, porque se han fundido la nómina a base de hacer el juego online desde el teléfono móvil, sin ver pasar por delante ni una moneda ni un ni un euro».

La realidad en Salamanca «es la misma que en todos los lugares de España»

En estos casos, apuntan a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León, «depende, porque el asunto del juego, si viene asociado a otra patología, o a otro tipo de consumo, podemos trabajarlo, sino tenemos que derivarlo a ludopatía. Tenemos todo muy estructurado y organizado, a través de la psiquiatría y las psicología, pero siempre, de entrada, acogemos al joven, lo acompañamos y le aportamos alternativas y soluciones, dentro de lo posible».

La realidad en Salamanca, donde realizamos el reportaje, es la misma que en otros lugares de España, recalca el padre Muiños. «Es una realidad que va apareciendo en las casas de apuestas, observamos que somos una sociedad que se comunica y relaciona e interactúa, por lo tanto, no nos pilla de sorpresa que estemos en medio de ese conjunto en el que el juego se hace presente, donde esa dependencia, esa adicción, cobra fuerza».

El problema, como en todas las adicciones, está en si se puede salir. A lo que el presidente de Proyecto Hombre asegura con rotundidad que «de todas las adicciones se puede salir. Otra cosa es el trabajo y el esfuerzo que se necesita para salir de esa adicción». A esto ofrece su «opinión personal» sobre la ludopatía. Un asunto que es «muy complejo y muy duro para quien está metido en ello. Porque también es una adicción muy silenciosa, muy callada, para muchos muy normalizada, pero que tiene unas consecuencias muy duras en muchas situaciones». Situaciones, apunta Muiños, de «violencia doméstica, familiar y demás situaciones de tensión. Es ese momento en que te das cuenta que te has gastado todo el dinero, cuando tienes que afrontar los gastos, cuando te preguntas ¿y ahora qué yo con mi vida? Hay casos muy sangrantes. Me vienen a la cabeza situaciones de auténtica ruina, de gastos impensables, pero como que no los ven, pero van saliendo».

Solo consiste en darse una vuelta por cualquier barrio, por cualquier calle o avenida para ver una casa de apuestas, algo que vienen denunciando desde las diversas asociaciones vecinales, principalmente. «Cada vez se van encontrando más, pero es como todo, si no hace falta ir a ningún sitio, si tienes un teléfono móvil y acceso a internet, puedes jugar donde quieras si te da la gana. Recuerdo un caso de un chico que apostaba en la liga africana de fútbol, fíjate tú, lo que se juega desde casa», explica Antonio Muiños.

«Hay mucha tela que cortar y mucho que desgranar para poder ver los pros y los contras, cómo se están haciendo las cosas, los intereses que hay detrás», opinan desde Proyecto Hombre respecto a la promoción del juego online en los medios de comunicación, sobre todo en televisión. «Por un lado luchamos contra y, por otro, facilitamos. Somos un mundo bastante incoherente en muchas realidades»

Las familias deben «hablar, compartir, ser y estar» con los jóvenes adictos

Desde Proyecto Hombre aconsejan a las familias «hablar y hablar, compartir, ser y estar. El mirarnos a los ojos y decirnos cómo estamos y cómo nos sentimos, y que nos preocupa el conocernos. Muchas veces, en muchas familias, hay un desconocimiento total del otro. Más allá, hay que ir al fondo de la cuestión. Cuando decimos conocer, es desde los sentimientos, desde el corazón y con el corazón, sin miedo. Pero tenemos que conocernos para confiar y, para ello, hay que relacionarse. Si no hay una relación entrañable, cercana entre las personas, es un mal que está padeciendo esta sociedad en la que nos ha tocado vivir. Tenemos que mentalizarnos para humanizarnos, y darle la vuelta a este mundo, sino, los que vienen detrás lo van a tener complicado».

Explican que «la mayoría de las veces, debido a que uno de los síntomas de las adicciones es el autoengaño, la persona que tiene una adicción comportamental, no es capaz de pedir ayuda, e intentan ocultarlas. Por eso, son normalmente los familiares los que se dan cuenta antes». Y recomiendan, para finalizar, que «acudan a un profesional especializado en este tipo de adicciones, para que les asesore acerca de cómo conseguir que su familiar tome conciencia de que tiene un problema y consigan que se ponga en tratamiento».

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