Exposición del tabaco en redes
Fuente: infosalus.com
Las personas que han visto contenidos sobre tabaco en las redes sociales tienen más del doble de probabilidades de consumir tabaco que las que no lo han visto y, entre las que nunca han fumado, más probabilidades de ser susceptibles de consumirlo en el futuro.
Investigadores de la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California (USC), en Estados Unidos, analizaron los datos de 139.624 participantes en un metaanálisis de 29 estudios. El estudio, publicado en la revista ‘JAMA Pediatrics’, se basa en datos de distintos grupos de edad, países, tipos de contenido y plataformas, y es el primer esfuerzo a gran escala que relaciona el contenido de las redes sociales con el consumo de tabaco.
«Hemos lanzado una amplia red a través de la literatura sobre el tabaco y los medios sociales y hemos sintetizado todo en una única asociación que resume la relación entre la exposición a los medios sociales y el consumo de tabaco –explica Scott Donaldson, primer autor del artículo y un investigador asociado senior en el Departamento de Ciencias de la Población y Salud Pública de la Escuela de Medicina Keck–. Lo que descubrimos es que estas asociaciones son sólidas y tienen implicaciones para la salud pública a nivel de la población».
Los resultados se producen en medio de una creciente preocupación por los posibles daños del uso de las redes sociales, especialmente entre los jóvenes, señalan los autores, que destacan que construyen un argumento convincente de que el contenido de tabaco en línea tiene el poder de influir en el consumo de tabaco fuera de línea de los espectadores.
«La proliferación de las redes sociales ha ofrecido a las empresas tabaqueras nuevas formas de promocionar sus productos, especialmente entre los adolescentes y los jóvenes –afirma el doctor Jon-Patrick Allem, profesor adjunto de investigación en el Departamento de Población y Ciencias de la Salud Pública de la Facultad de Medicina Keck y autor principal del artículo–. Nuestra esperanza es que los responsables políticos y otras partes interesadas puedan utilizar nuestro estudio como base para la toma de decisiones y acciones».
En comparación con los que no informaron de la exposición a contenidos de tabaco, las personas que sí informaron de la exposición tenían más del doble de probabilidades de consumir tabaco a lo largo de su vida, de informar de que lo habían consumido en los últimos 30 días o de ser susceptibles de consumir tabaco en el futuro si nunca habían consumido tabaco.
«Es especialmente importante el hecho de que las personas que nunca antes habían consumido tabaco eran más susceptibles –añade Allem–. Esto sugiere que la exposición a contenidos relacionados con el tabaco puede despertar el interés y llevar potencialmente a los no consumidores a la transición al consumo de tabaco».
La muestra incluía poblaciones de todo Estados Unidos, India, Australia e Indonesia. Los adolescentes constituían el 72% de los participantes, mientras que los adultos jóvenes y los adultos representaban el 15% y el 13%, respectivamente.
El contenido sobre el tabaco incluía tanto publicaciones «orgánicas» o generadas por los usuarios, como vídeos de amigos fumando o vaporizando, como material promocional, incluyendo publicidad o patrocinios de empresas tabacaleras.
Los artículos representados en las publicaciones iban desde cigarrillos y cigarrillos electrónicos hasta puros, narguile y productos de tabaco sin humo. El contenido sobre el tabaco apareció en una serie de plataformas de medios sociales, como Facebook, Instagram, Twitter, YouTube, Snapchat, Pinterest y Tumblr.
Tanto la participación activa en los contenidos sobre tabaco -publicar, dar «me gusta», comentar, compartir y buscar material- como la participación pasiva -sólo verlos- se asociaron con el consumo a lo largo de la vida, el consumo reciente y la susceptibilidad al consumo futuro.
Las personas que vieron contenidos en dos o más plataformas de medios sociales se enfrentaron a probabilidades de consumo o susceptibilidad de consumo aún mayores que las que vieron contenidos relacionados con el tabaco en una sola plataforma.
Los investigadores señalan que las investigaciones futuras deberían utilizar diseños longitudinales o experimentales para determinar si la exposición a contenidos sobre tabaco en las redes sociales conduce directamente al consumo de tabaco. Los datos utilizados para el metanálisis proceden en su mayoría de encuestas realizadas en un único momento, por lo que aún no se ha confirmado una relación causal entre el visionado y el consumo.
Los autores del estudio señalan tres niveles de acción que pueden ayudar a abordar la abundancia de contenidos sobre el tabaco en las redes sociales.
«En primer lugar, podemos trabajar en el diseño y la realización de intervenciones que contrarresten la influencia de los contenidos pro tabaco, por ejemplo, educando a los adolescentes sobre cómo la industria del tabaco comercializa subrepticiamente sus productos entre ellos», apunta Allem.
Las plataformas de las redes sociales también pueden aplicar salvaguardias para proteger a los usuarios, especialmente a los jóvenes, de los contenidos relacionados con el tabaco, por ejemplo incluyendo etiquetas de advertencia en las publicaciones que incluyan términos o imágenes relacionados con el tabaco. Y los reguladores también podrían optar por poner límites más estrictos a la forma en que las empresas tabacaleras pueden promocionar sus productos en línea, añaden.
A continuación, los autores del estudio tienen previsto analizar las campañas de prevención del tabaquismo en las redes sociales para determinar su eficacia y a qué usuarios llegan. También pretenden profundizar en plataformas específicas utilizadas por los jóvenes, como TikTok, e investigar cómo los vídeos de diversos productos del tabaco, incluidos los cigarrillos electrónicos, los cigarrillos y el tabaco sin humo, pueden influir en la susceptibilidad.
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