ADICCIÓN AL JUEGO CONVULSIVO Y A LAS APUESTAS
Fuente: catalunyapress.es.
La adicción al juego convulsivo y a las apuestas, uno de los mayores retos para la atención de salud mental.
En el marco del cumplimiento del primer año del inicio de la pandemia de coronavirus, la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao desea llamar la atención sobre el problema de la ludopatía, que en tiempos de pandemia ha adquirido una mayor gravedad.
Tal y como expone el Dr. Javier Ogando, presidente de la sección de Toxicomanías y Adicciones de la Academia, “la pandemia de la COVID-19 y el confinamiento todavía suponen hoy para mucha gente una situación de aislamiento y la soledad. Esto es también una ‘epidemia dentro de la epidemia’ con un incremento de la sintomatología ansioso-depresiva reactiva a sensaciones de incertidumbre, inseguridad, vulnerabilidad y frustración”.
Según detalla el psiquiatra, “esta situación ha potenciado la utilización de Internet como un método de falsa automedicación, propiciando el predominio de las relaciones virtuales sobre las presenciales, facilitando al mismo tiempo procesos de comunicación anonimizada y aislamiento social, así como el desarrollo de nuevos síndromes psicopatológicos (ya presentes de forma rudimentaria anteriormente) asociados a su uso”.
En este sentido, el experto recuerda que las adicciones comportamentales presentan “los mismos efectos y manifestaciones emocionales, cognitivas y conductuales que las adicciones a sustancias, con el riesgo de pasar más desapercibidas”.
La adicción al juego, ludopatía o juego patológico ha sido la primera adicción sin sustancia o “comportamental” reconocida como trastorno psiquiátrico en los manuales diagnósticos oficiales. “El desarrollo de Internet, las redes sociales, las tecnologías de la información y el uso generalizado del móvil incluso por menores de edad, ha facilitado el desarrollo y traspaso de estas conductas adictivas del terreno físico y presencial, al virtual”.
Todo lo anterior ha tenido como efecto, según expone el Dr. Javier Ogando, “la multiplicación del número de afectados en base a la ampliación de la accesibilidad y de la comunicación de su oferta a población potencialmente vulnerable, como personas con inestabilidad psicológica y fragilidad emocional, jóvenes, menores, personas con conflictos familiares, laborales, emocionales, de exclusión social, en crisis diversas, etcétera”.
Para el presidente de la sección de Toxicomanías y Adicciones de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, “la falta de estrategias preventivas globales de salud pública y protectoras de poblaciones vulnerables, (menores, jóvenes, ubicación de locales de juego con respecto a centros educativos, limitación de su número, ausencia de una mayor y mejor regulación de la comercialización del sector, etcétera), ha propiciado el agravamiento del problema”.
A esta situación se han añadido “las dificultades de respuesta profesional, tanto social como sanitaria, y de accesibilidad a los dispositivos terapéuticos, problemas ya existentes antes de la pandemia pero gravemente incrementados con ella”. Todo ello ha supuesto “una afectación grave a la salud, y al funcionamiento y dinámica individual, familiar y social”. De este modo, la adicción al juego sigue constituyéndose para el experto como “uno de los retos presentes y futuros ‘pendientes’ más importantes para la atención de salud mental”.
Los factores más importantes que destaca el presidente de la sección de Toxicomanías y Adicciones de la Academia en relación a la adicción al juego son, actualmente, “la falta de conciencia adecuada de problema o enfermedad que supone la adicción al juego; la escasa percepción de riesgo en la conducta de juego; la banalización de la conducta de juego y la tolerancia social; la falta de medidas reguladoras y protectoras de la población potencialmente vulnerable; el daño diferido de la conducta ludopática, que en algunos casos se prolonga durante años, algo común a otras conductas adictivas; la publicidad, incluso con reclamos económicos, de forma masiva e intensiva en los medios de comunicación; y, por último, la escasa implicación en el problema de los poderes públicos, incluido los sanitarios”.
El psiquiatra concluye recordando que “la adicción mata pero, primero y por largo tiempo, ata”, así como que frente a la frase relativa a que ‘el juego compulsivo y las apuestas sólo son un problema si pierdes’, recalca que “el problema es que pierdes siempre. Lo peor que puede ocurrir es que al principio de iniciarte en el juego, ganes”.
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