Adicciones: entre la autonomía y la dependencia
Fuente: www.labrujula24.com. HUGO D. KERN.
Pensar para volver racional un problema, implica acceder de distintos niveles de conciencia y conocimiento. Pensar es siempre pensar sobre un problema. La realidad nos los provee, esta vez por 23 muertes y varias urgencias que se produjeron con los tóxicos. En nuestra ciudad (en el hospital municipal solamente), desde 2010 hasta el 2016 se produjeron 1101 egresos hospitalarios por uso y abuso de sustancias psicoactivas y los mismos se distribuyeron de la siguiente forma el 43,23% se debió al uso de alcohol, 32,24% al uso de cocaína, 17,98% al uso de psicofármacos y el 5,45% al uso de múltiples drogas.
Es necesario pensar la problemática las adicciones apoyándonos en una lógica que tome la autonomía (individual y colectiva) como un eje central para el análisis de las prácticas clínicas, la planificación y la gestión en política sanitaria.
Las decisiones de cada uno, las elecciones de vida, los órdenes de prioridades están determinados por los tiempos y el contexto que nos toca vivir. Personas y familias necesitan apoyo en los momentos críticos, aunque debemos reconocer que la autonomía es el origen mismo del proyecto “terapéutico” o preventivo, y debe ser una constante durante el mismo en la medida que no estemos frente a situaciones de “riesgo cierto e inminente”. Así como las familias, en el proceso de crianza apuntan al crecimiento e independencia de los hijos los programas de salud deben apuntar al autocuidado y la responsabilidad social de los ciudadanos.
La cultura construye salud y enfermedad
Las generalizaciones no ayudan, por eso los nombres propios no deben ser reemplazados por diagnósticos, y muchas veces se advirtió que los diagnósticos rígidos en salud mental generan un estigma que aumenta el padecimiento. En relación con el uso y abuso de sustancias psicoactivas es clara la limitación de la
autonomía personal que podemos relacionar por un lado a la obediencia a los mandatos consumistas de nuestra sociedad y al sometimiento a las propuestas compartidas en los grupos, y por otro lado la coacción de un marco normativo, que prohíben algunas elecciones de vida (privada) de los ciudadanos. Se abre un terreno de debates, divisiones y conflictos con el artículo 19 de la Constitución Nacional.
A veces pareciera que se quiere escuchar que la culpa “es de la droga” o de algún otro con el cual no tenemos relación alguna. El mundo se divide en “buenos” (nosotros) y “malos” (los otros). La simplificación atenta contra el reconocimiento de la complejidad del problema.
Vivimos influenciados por paradigma del consumo. Nos ocultamos a nosotros mismos que el consumo produce insatisfacción, y que esta insatisfacción es estructural: la búsqueda de la satisfacción exclusiva en el consumo está condenada al fracaso, salvo en el relativo instante de la inmediatez.
Cualquier consumo puede devenir compulsivo, las adicciones a substancias psicoactivas también están relacionadas con la dificultad para establecer vínculos humanos significativos, con los modelos de vida compartidos, y con los estilos de vida individuales. Es en este sentido que afirmamos que el principal componente de las acciones de prevención y promoción de la salud deben estar centrados en priorizar los vínculos significativos con los otros, apostar a la promoción comunitaria, si esperamos que nuestra comunidad se trasforme para bien del conjunto y no sólo para el goce de algunos.
El periodo de pre-matriculación, gratuita y obligatoria, para la próxima edición del MÁSTER DE FORMACIÓN PERMANENTE EN PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS CONDUCTAS ADICTIVAS comienza en abril.
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