ALARMAS POR COCA COLOMBIANA
Fuente: SERGIO GÓMEZ MASERI. wwweltiempo.com
La preocupación por el alza en la producción de coca en Colombia y el aumento del consumo en las calles de EE. UU. están creciendo.
Eso quedó en evidencia durante un panel que organizó la DEA para evaluar las nuevas tendencias en la lucha contra esta droga y en el que participaron funcionarios de esta agencia, expertos en adicción y médicos que intentan desarrollar una vacuna contra el estupefaciente.
Algunos de ellos, incluso, advirtieron que EE. UU. está a las puertas de una nueva epidemia como la que se vivió durante los años 70 y 80.
Leah Bloomenstein, especialista en Recolección de Inteligencia de la DEA, fue la encargada de presentar las alarmantes estadísticas. Según informó, durante el 2017 la coca colombiana siguió dominando el mercado de EE. UU.
“El 94 por ciento de todas las muestras de droga decomisada tenía como origen Colombia”, dijo Bloomenstein. Un alza con respecto al 2016, cuando ese número era del 90 por ciento.
La experta volvió a presentar las cifras sobre el incremento tanto de los cultivos ilícitos como de la producción potencial en Colombia a lo largo de los últimos años y destacó un aumento del 18 por ciento de las hectáreas cultivadas, y de un 35 por ciento de la producción en el 2016. “Es la cifra más alta que se ha registrado en la historia”, sostuvo la analista de la DEA.
Aunque no presentó todas las estadísticas del 2017, sí indicó que serán más altas y que «seguirán creciendo en el 2018», pues todavía están por madurar cultivos que se sembraron en el 2015 y que solo ahora están arrojando su máximo potencial.
Así mismo, Bloomenstein dijo estar alarmada por el aumento de la “producción potencial de cocaína para exportación”, otra cifra que monitorea la DEA a la hora de analizar el mercado. Este tipo de cocaína, que es la que viaja rumbo a EE. UU., ha crecido en un 87 por ciento en los últimos dos años.
La experta atribuyó la culpa a la disminución de la erradicación aérea y manual, al bloqueo que han hecho los campesinos para evitar la eliminación de cultivos y a la transferencia de los sembradíos a parques naturales y zonas de frontera.
La funcionaria también destacó aumentos en los decomisos en Colombia del 30 por ciento, entre 2015 y 2016, y de un 100 por ciento durante el 2017. En la frontera sur, por donde sigue ingresando la mayor parte de la droga a EE. UU., también crecieron en un 23 por ciento el año pasado. En ambos casos, según Bloomenstein, se debe al aumento de la producción de la droga en Colombia.
Si bien el consumo de la droga permaneció estable entre el 2015 y 2016 -el .07 por ciento de la población-, la DEA pudo constar un crecimiento del 12 por ciento entre nuevos usuarios de la droga en el 2016. Una tendencia preocupante y que seguirá en ascenso, en la medida en que la coca siga inundando el mercado.
La funcionaria también resaltó un disparada del 56 por ciento en la cantidad de muertes por sobredosis con cocaína en 2016 y otra preocupante tendencia que se viene registrando en los últimos dos años: la mezcla de cocaína con fentanilo, una poderoso opioide al que se le atribuyen miles de muertos, entre ellos el cantante Prince.
“La oferta está creciendo, el consumo está creciendo, la oferta de coca de alta calidad también. Los precios seguro comenzarán a caer y las sobredosis están aumentando… Tenemos que educar a las personas sobre los peligros de esta droga porque podemos estar frente a otra epidemia”, dijo por su parte Marc Gold, presidente del RiverMend Health’s Scientific Advisory Boards y que es reconocido como una de las máximas autoridades del país en el desarrollo de tratamientos para la adicción.
De acuerdo con Gold, es algo que se ve venir, pues tras una epidemia como la que vive en este momento EE. UU. con opioides, sigue otra de estimulantes como la cocaína o las metanfetaminas.
Por su parte, Tom Kosten, profesor de siquiatría, patología, neurología y farmacología de la Universidad de Baylor, anunció el desarrollo de dos nuevas vacunas -basadas en las bacterias del tétano y el cólera- para prevenir el consumo y evitar la adicción a las drogas, pero que carecen de financiación para ser desarrolladas comercialmente aunque estén dando buenos resultados.
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