Alertan a padres: Drogas más adictivas seducen a colegiales

junio 22, 2016
El 92% de los privados de libertad no tiene el Bachillerato.
Fuente: Jason Torres. www.crhoy.com

Drogas más adictivas y potentes llegan a manos de colegiales. El cigarrillo pasó de moda y ahora los adolescentes se interesan por la marihuana y el crack. Los menores no se detienen ahí y combinan esas drogas con el alcohol.

Guillermo Araya, director del Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD), alerta a los padres de familia y les insta a estar pendientes de las actividades que realizan los menores de edad al salir de los centros educativos.

Para el ICD, los padres de adolescentes deben saber siempre estos datos:

¿Con quién andan?

¿Qué hacen?

¿Cómo aprovechan el tiempo libre?

 

Graves secuelas por consumo de drogas

La semana anterior, la Fuerza Pública difundió un video que mostraba a colegiales de Alajuela consumiendo crack en un lote baldío.

Araya aseguró que  es preocupante que jóvenes experimenten con sustancias más fuertes pues provocan mayor adicción y dependencia . Un estudio del ICD reveló el poli­consumo de drogas, es decir, por ejemplo, la población consume marihuana y beben alcohol. Esta particularidad podría empeorar el riesgo de secuelas fatales.

Este tipo de droga causa efectos como:

Pérdida apetito

Aumento de ritmo cardiaco y presión sanguínea

Cambio en patrones de sueño

Nauseas

Comportamientos violentos

Alucinaciones

Depresión

Ansiedad

Muerte repentina

 

Acciones preventivas

Ante el creciente consumo de drogas en la población juvenil, el  ICD planteó una estrategia de abordaje comunitario junto a otras entidades como el Instituto de Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), ICD, Patronato Nacional de la Infancia (PANI) y Ministerio de Seguridad Pública (MSP).

Araya detalló que  el plan iniciará en 3 semanas en barrios vulnerables de Pavas, Alajuelita, Goicoechea, Desamparados, Moravia y Escazú.

La intención del plan es  que los menores identifiquen riesgos por consumir sustancias, que aumente la edad de contacto con las drogas y evitar desarrollo de dependencia a las sustancias.

La iniciativa pretende incentivar que los menores culminen los estudios y alcancen el título de bachillerato pues una investigación del ICD encontró que el 92% de privados de libertad no completó la secundaria.

Se determinó que la baja escolaridad representa un riesgo asociado a la criminalidad y condenas carcelarias.

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