Calculan riesgo de salud mental en universitarios
Fuente: ENRIQUE MEZQUITA. Diario Médico.
Casi el 40 por ciento de los universitarios españoles muestran antecedentes potenciales de riesgo para su salud mental, según se desprende del primer corte del estudio UniverSal (Universidad y Salud Mental), un proyecto internacional y multicéntrico iniciado en octubre de 2014 con el objetivo de identificar factores asociados al bienestar psicológico y a la salud mental en los jóvenes que iniciaban por primera vez estudios universitarios, además de identificar aquellos factores que promueven o ponen en riesgo la salud mental. El proyecto, con una duración de tres años, forma parte de una iniciativa internacional desarrollada conjuntamente con las universidades de Harvard (EE UU) y la Católica de Bélgica y en nuestro país participan cinco centros: Miguel Hernández de Elche (UMH), de Cádiz (UCA), de les Illes Balears (UIB), Pompeu Fabra de Barcelona (UPF) y del País Vasco (UPV-EHU), liderados por Jordi Alonso, director del Programa de Epidemiología y Salud Pública del Institut Hospital del Mar d’Investigacions Mèdiques (IMIM), e investigador del CIBER en Epidemiología y Salud Pública.
El proyecto se basa en que los alumnos participantes completan una sencilla encuesta en línea, con una duración de unos 25-30 minutos, en varias ocasiones en el transcurso de la etapa universitaria. Las preguntas cubren una amplia variedad de preguntas sobre la salud física y mental como datos de bienestar psicológico, conductas saludables, salud mental, consumo de alcohol y sustancias, factores académicos, sexualidad, uso de servicios o tratamiento, así como preguntas sobre acontecimientos vitales actuales o del pasado. En esta encuesta inicial se invitó a participar a 16.000 estudiantes de primer curso y finalmente completaron el tema 2.343 (media de edad de 18,2 años), con una mayoritaria aportación de mujeres (72 por ciento) y gran representación de grados en Ciencias Sociales y Jurídicas (40,2 por ciento del total) y Ciencias de la Salud (25,1 por por ciento). Tras completarse recientemente el periodo de seguimiento del primer año (curso académico 2015-2016), las respuestas a las preguntas de salud mental (provenientes de de escala validadas que se utilizan para el screening o diagnóstico de trastornos de salud mental), permiten estimar que el 38,7 por ciento de los participantes (908) tiene una probabilidad elevada de haber padecido problemas de ansiedad, depresión o consumo de sustancias a lo largo de su vida y, de ellos, sólo el 22 por ciento (200) han acudido alguna vez a consulta psicológica o recibido tratamiento durante el mismo periodo de tiempo. Según José Antonio Piqueras, profesor titular del Departamento de Psicología de la Salud de la UMH, “estos datos indican que los jóvenes universitarios españoles son una población que no está exenta de problemas de salud mental. De hecho, a la luz de los datos, se podría indicar que son una población en un momento de la vida de alto riesgo para el desarrollo de problemas”. Además, según el investigador de la UMH, que colabora en esa universidad con María Teresa Pérez Vázquez, Jesús Rodríguez Marín y Victoria Soto Sanz, preocupa especialmente que tan solo un 22% han acudido alguna vez al psicólogo o recibido tratamiento, “lo que indica que el acceso a la atención psicológica es deficitario a todas luces”. Las posibles razones de este bajo uso de la atención psicológica son el desconocimiento de la existencia de estos servicios, la falta de “cultura psicológica”, la dificultad para acceder a esta atención debido a la saturación de los centros de salud mental públicos o el estigma que todavía se asocia a ir al médico de atención primaria por motivos psicológicos o al psicólogo o psiquiatra.
Respecto a la cuestión del bienestar psicológico, centrado en definir cómo se habían sentido durante las dos últimas semanas, por ejemplo, los resultados muestran que, en conjunto, una importante mayoría de los participantes se han sentido “siempre” o “a menudo” optimistas frente al futuro (55,5 por ciento en total), han afrontado bien los problemas (57,4 por ciento) o han podido pensar con claridad (60,8 por ciento). En el otro lado de la balanza, los peores resultados se obtienen en el optimismo hacia el futuro, donde la respuesta “muy pocas veces” o “nunca” alcanza un 14,4 por ciento del total, siendo inferior a diez por ciento en las otras cuestiones. “Como es bien sabido la salud mental no se define únicamente como la presencia de malestar psicológico (por ejemplo, ansiedad o depresión), sino también por la presencia de bienestar mental. De este modo, ambas cuestiones deben ser evaluadas y tenidas en cuenta. Al 40% de personas con antecedentes de riesgo se suma que los niveles de bienestar u optimismo tampoco son muy elevados”, apunta Piqueras. Al preguntar por conductas saludables, el 45 por ciento de los participantes respondieron que realizan ejercicio ligero casi cada día, mientras que entre el 7 por ciento casi nunca o nunca tienen tres comidas equilibradas al día y un 11 por ciento raramente duerme al menos 8 horas. “Estos resultados indica que los hábitos de conductas saludables son francamente mejorables y se debería invertir más en el desarrollo de programas de mejora de la salud integral, haciendo hincapié en desarrollar fortalezas psicológicas, actividad física, un buen patrón de alimentación y de sueño, dado que todos estos aspectos de la persona son variables comunes que benefician la salud mental y física”, añade.
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