Según estudios internacionales, en el 2020, en plena pandemia, hubo un 39.1% de personas que consumieron cocaína y 36.1% que tomaron alcohol. Además, en ese año en Antioquia se vio un aumento del 25 por ciento en las adicciones de jóvenes de 8 a 12 años y entre la población mayor de 12 la cifra aumentó 35 por ciento en todas las sustancias, desde el cigarrillo y el alcohol hasta la marihuana y la cocaína.

El aumento de esos índices subió por el estrés y la ansiedad que generó la pandemia en las familias. Según los expertos, los hijos veían a sus papás estresados y sin trabajo y eso los llevó a suplir o a esconder en dichas sustancias algo que no podían manejar. “La adicción es la mejor amiga o pareja inseparable que siempre vas a amar porque te ayuda a salir de la realidad y a no afrontar lo que te pasa”, señala Omar Cruz, gerente de Corporación Ava, un centro de rehabilitación en Antioquia que busca sanar a aquellos que han caído en las adicciones. Su enfoque no solo es para que abandonen el hábito, sino que vuelvan a tener un proyecto de vida en la sociedad lejos de las drogas.

Las adicciones, para los expertos en Ava, son una necesidad de suplir algo. La corporación es una de las primeras en el país en implementar el enfoque holístico y de sanación pránica para tratar las adicciones, que no siempre son al alcohol y drogas. “Uno puede ser adicto al juego o al sexo. Casi todo puede ser adictivo, hasta el azúcar, y una manera de saberlo es que la persona que es adicta no puede parar de consumir esa sustancia”, dice Cruz. Según Claudio Convers, director de la entidad, las adicciones están casi siempre arraigadas a los traumas y a la adversidad infantil, lo que no significa que todas las personas traumatizadas se volverán adictas, pero sí que cada adicto estuvo traumatizado.

Mientras en otros centros de rehabilitación utilizan terapias de choque y medidas de castigo por el comportamiento, en AVA, que significa vida en hebreo, manejan un tratamiento holístico en el que no se tienen en cuenta lo síntomas sino la raíz del problema. Para ellos, el tratamiento de cualquier adicción requiere de mucha compasión, ayuda y entendimiento, y no medidas punitivas. “El que consume no quiere vivir y no le motiva nada. Hay que ir a la fuente, al punto en el que se quebrantó. La mayoría de las personas con adicciones tienen un desnivel cronológico de edad: son personas de 40 con mente de 18”, comenta Convers.

“Vemos a ese ser humano como un individuo que tienen un inconveniente que no ha podido superar, pero no como alguien enfermo”, explica Cruz. Además de eso, fortalecen el carácter de la persona para que pueda discernir entre lo que quiere y no quiere en su vida. Cuando no se tiene carácter, dice Cruz, los jóvenes se dejan influenciar muy fácil y la persona adicta recae: “es manipuladora, nunca tiene la culpa, el del problema es el otro, pero desde ese fortalecimiento se les enseña las normas, la disciplina, los limites”.

Un punto importante en el fracaso de muchos procesos de rehabilitación es que cuando están listo para salir a la calle no encuentran oportunidades en sus vidas. En AVA se encargan de que esto no pase porque desde el comienzo trabajan con el usuario en su proyecto de vida, el cual se debe diseñar desde la parte laboral, intelectual, emocional y espiritual hasta la de ocio pues nada puede dejarse al azar, ni siquieras los momento de descanso. “El individuo debe saber si va a hacer deportes, a dormir, a crear”, señala Cruz.

Según Convers, más que en soluciones a corto plazo, la terapia se debe centrar en la persona para lograr una reconciliación con su entorno. Además se debe hacer un real acompañamiento después del proceso en la parte educativa, familiar y laboral, para que las personas rehabilitadas puedan ser visibles y productivas para la sociedad. “Cuando se da una mirada a poblaciones de adictos, lo que se encuentra en su mayoría es que, entre más adversidad durante la infancia, mayor el riesgo exponencial de adicción. Por eso, en Corporación AVA después de la reeducación y rehabilitación, hacemos un seguimiento con cada persona con una red de apoyo en la nueva vida laboral, educativa, familiar y emocional.