Consumir alcohol en la adolescencia aumenta el riesgo de cáncer de mama
Fuente: telecinco.es. Marina Pollán, Carolina Donat y Miguel Martín.
Consumir alcohol en la adolescencia aumenta el riesgo de cáncer de mama a lo largo de la vida
– Consumir alcohol aumenta el riesgo de cáncer de mama a lo largo de la vida
– Un estudio ha analizado el impacto que tiene el consumo de alcohol sobre el
desarrollo de cánceres
– Importa cuánto alcohol se bebe, pero también en qué momento vital
Que a mayor consumo de alcohol mayor riesgo de padecer algunos cánceres,
entre ellos el de mama, ya lo ha dicho la OMS. Pero desde el Instituto de Salud
Carlos III y el grupo GEICAM hemos ido más allá. Hemos estudiado el impacto
que tiene el consumo de alcohol durante las diferentes etapas de la vida en el
desarrollo de cáncer de mama, algo que no se había explorado hasta ahora.
Esta nueva investigación, que ha contado con la contribución de 23 hospitales,
se enmarca en EpiGEICAM, uno de los mayores estudios epidemiológicos
sobre cáncer de mama realizados en España. Su propósito era aportar nuevas
evidencias sobre los diferentes factores que relacionan nuestro estilo de vida
con la aparición de cáncer de mama.
Cerca de mil mujeres recién diagnosticadas de cáncer de mama fueron
reclutadas en los servicios de oncología de diferentes hospitales. Cada
paciente fue emparejada con una mujer sana de edad similar y residente en la
misma ciudad. En el campo de la epidemiología, este tipo de estudios se
conocen como estudios de casos y controles emparejados. Las participantes
respondieron a un amplio cuestionario sobre la frecuencia de consumo de
diferentes bebidas alcohólicas -cerveza, vino, destilados, licores- en cada una
de las principales etapas de su vida.
Importa cuánto, pero también cuándo
En este estudio, publicado en el British Journal of Cancer, identicamos cuatro
trayectorias de consumo de alcohol en las mujeres participantes. Estas se
asociaron de manera diferente al riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Podemos verlo en la gura 1.
Toda las trayectorias, excepto una, se asociaron gradualmente con un mayor
riesgo de cáncer de mama. La única que quedaba exenta era aquella
constituida por mujeres abstemias o con consumos muy bajos a lo largo de la
vida (trayectoria 1).
En comparación a esta, aquellas mujeres que ya empezaron a beber alcohol
en la adolescencia de forma moderada y que aumentaron el consumo en la
edad adulta (trayectoria 4) tuvieron el doble de riesgo de desarrollar cáncer de
mama.
La siguiente trayectoria de consumo que aumentó más el riesgo de contraer
cáncer de mama fue la tercera, compuesta por aquellas mujeres que
mantuvieron un consumo moderado de alcohol a lo largo de toda la vida.
Por último, obtuvimos la segunda, representada por mujeres que durante la
adolescencia tuvieron un consumo bajo de alcohol y que lo fueron
aumentando ligeramente sin llegar nunca a un consumo elevado.
De la investigación se desprende que, a mayor consumo de alcohol acumulado
a lo largo de la vida, mayor riesgo de cáncer de mama. Pero, además, que el
consumo de alcohol en edades tempranas puede influir especialmente en el
desarrollo del cáncer de mama.
El desarrollo de las mamas en la adolescencia
Existe una explicación biológica detrás de estos hallazgos. Durante la
adolescencia, las glándulas mamarias se están desarrollando y es cuando
son particularmente susceptibles a exposiciones carcinógenas.
El efecto que tiene el alcohol sobre el aumento de los niveles de estrógenos es
uno de los posibles mecanismos subyacentes a la asociación entre el alcohol y
el cáncer de mama. Debido a que el estrógeno en las mujeres estimula el
crecimiento de las células mamarias, la exposición a esta hormona femenina
durante períodos prolongados puede aumentar el riesgo de que se desarrolle
cáncer de mama.
Los resultados de esta investigación también revelaron un mayor riesgo de
cáncer de mama relacionado con el alcohol en las mujeres posmenopáusicas,
especialmente en aquellas con un peso corporal bajo o normal.
Esto podría explicarse en parte por el aumento de estrógenos resultante del
consumo de alcohol, que podría ser más importante en mujeres
posmenopáusicas (en las que el ovario deja de funcionar). Incluso sería más
manifiesto en aquellas mujeres con menor cantidad de grasa corporal, ya que
el tejido graso es la principal fuente de estrógenos después de la menopausia.
La cultura imperante en nuestra sociedad es muy favorable al
alcohol
El consumo excesivo de alcohol se ha convertido en un hábito muy tolerado
socialmente. Este hecho ha contribuido a un aumento en los niveles de
consumo, especialmente en los sectores más jóvenes de la población.
Simultáneamente, mientras que en el pasado las mujeres consumían alcohol
con menor frecuencia y en menor cantidad que los hombres, en la
actualidad el consumo es casi equiparado entre ambos sexos. Además, en el
estudio también se observó que aquellas mujeres que empezaron a beber
alcohol en la adolescencia y durante la juventud lo continuaron haciendo en
cantidades similares o mayores en la edad adulta. Esto refleja, en cierto modo,
lo difícil que puede ser abandonar ciertos hábitos o costumbres adquiridas en
edades tempranas.
Es importante, por tanto, impulsar políticas de salud que contribuyan a que un
estilo de vida sin alcohol sea percibido por la población, especialmente entre
los jóvenes, como algo positivo y ligado a los valores estéticos y culturales más
atractivos. Políticas que ayuden también a sensibilizar a la sociedad sobre la
relación entre el consumo de alcohol en la adolescencia y el aumento del riesgo
de desarrollar un cáncer de mama a lo largo de la vida.
De momento, no podemos cambiar nuestros genes, pero sí podemos cambiar
hábitos (o no empezarlos), que sabemos que nos van a predisponer al
desarrollo del cáncer más diagnosticado en mujeres.
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