CONTRA LA HEROÍNA

diciembre 04, 2018

Fuente: 20minutos.es. Carla Mercader

Frente común de padres de alumnos contra la heroína a las puertas de colegios de Barcelona.

Asociaciones de familias de seis centros educativos del Gòtic y el Casc Antic se unen para denunciar la situación. Aseguran que encuentran jeringas en los alrededores de las escuelas cada semana y piden más presencia policial. Las jeringuillas que el Ayuntamiento recogió en la vía pública en 2017 fueron un 27,4% más que el año anterior. Colau invertirá 800.000 euros en dos meses en horas extras de la Guardia Urbana en Ciutat Vella.

«Hace unos dos años que aparecen jeringuillas en la plaza que usan como patio los niños de la escuela Sant Felip Neri y hay gente pinchándose por la noche y en malas condiciones por la mañana», cuenta Eva Vila. Ella  es madre de una niña de seis años que estudia en este colegio y también miembro de la Unió d’Escoles, una agrupación que ha nacido para denunciar la presencia de droga a las puertas de los centros educativos del distrito barcelonés de Ciutat Vella. La integran seis asociaciones de familias de alumnos (AFAS) de la zona, la mayoría del Gòtic: las de las escuelas Drassanes, Cervantes y Sant Felip Neri, el CEIP Àngel Baixeras, el Col·legi Sagrada Família Avinyó y la guardería Carabassa. El último informe anual de la Agència de Salut Pública de Barcelona parece dar la razón a estos padres, pues señala que las jeringas recogidas en la calle aumentan. En 2017 fueron 30.949, un 27,4% más que el año anterior (24.297). Sin embargo, fuentes municipales niegan que el incremento se deba a que hay más jeringuillas en la vía pública y lo atribuyen a que el año pasado empezó un refuerzo progresivo del equipo de educadores callejeros, que son quienes las colectan, y se recogen más. A principios de 2017 eran 10 personas y actualmente son 23, con un horario más amplio. La Unió d’Escoles, en cambio, sostiene que ahora la presencia de jeringuillas en el Gòtic y el Casc Antic es constante. «No hay semana en la que no encontremos alguna. Hace unas dos semanas, tres o cuatro», asegura Vila. Además, cuenta que junto a algunos colegios, como por ejemplo el de Sagrada Família, es frecuente ver a «captadores de clientes de clubs cannábicos ilegales», y añade: «en esos sitios no solo se vende marihuana. Si quieres también te llevan a comprar heroína».

Explica, asimismo, que aunque el personal de los centros educativos no forme parte de la Unió d’Escoles, «los directores están encantados» con su labor, y que por el momento la agrupación ha conseguido reunirse varias veces con técnicos municipales, aunque «no se llega nunca a una solución». «Ahora vamos a recoger firmas para pedir al Ajuntament más Guàrdia Urbana a la hora de entrada a los colegios», dice, y se alegra de que «por la tarde», cuando los niños salen, empiezan a ver más agentes. Es, apunta, desde que el Govern y el Consistorio pusieron en marcha a principios de noviembre sendos planes de choque para reforzar la presencia de los Mossos y la Urbana en Ciutat Vella ante las quejas vecinales por el aumento de la delincuencia. «También reclamaremos que se señalicen los alrededores de los colegios como zonas escolares. Quizás si ven en una placa que hay un cole cerca se van a otro lado a pincharse», agrega Vila, y pide, asimismo, que los trabajadores municipales actúen más rápido cuando se les avisa de que hay una jeringuilla en la calle. «Hace poco estuvimos una hora esperando a que vinieran a recoger una», lamenta.   Se queja, por otro lado, de que como el Raval es la zona de Ciutat Vella donde hay más problemas de drogas «se están olvidando de los otros barrios afectados». «En el Gòtic hay padres que hacen un camino más largo para ir a las escuelas para evitar según qué escenas a los niños, a quienes basta que les digas que no toquen algo para que lo toquen», afirma.

Cuenta, además, que aunque el macrooperativo policial contra los narcopisos que empezó el 29 de octubre ha hecho que disminuyan las jeringas en algunas zonas, «han aumentado en otras, como la de la escuela Drassanes» y dice que en el Gòtic y el Casc Antic aún quedan viviendas desde donde se distribuye droga, por ejemplo, «en las calles Avinyó, Escudellers, Rauric y de la Plata».

La narcosala no facilita datos Este diario solicitó al Consistorio el número de atendidos mes a mes en lo que va de año en la narcosala Baluard del Raval, pero la petición no fue atendida. «Supone descontextualizar el global», justificaron fuentes municipales, que indicaron que «se ha visto un repunte compatible con más presencia de droga en la zona». Los dos días siguientes a la redada contra los narcopisos hubo 77 consumos diarios, más que en los «días anteriores» (50). Ahora «se ve un descenso pero las cifras siguen siendo más altas que antes» del operativo.

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