Crece la adicción al juego
Un problema que se potenció por el aumento de las tragamonedas y las apuestas por Internet
Fuente: Valeria Román. www.clarin.com
La adicción no sólo afecta a la persona que juega. También interfiere en sus relaciones con los seres queridos. Desde junio del año pasado hasta ahora, se detectaron 120 casos de adultos que abandonaron, encerraron y hasta ataron con cadena a bebés y niños para ir a bingos y casinos por varias horas, según un relevamiento de la ONG Defendamos Argentina, a partir de denuncias en juzgados que fueron realizadas por familiares o vecinos en diferentes provincias. “Soy ludópata, no puedo controlarlo”, dijo un hombre en San Miguel, en el Conurbano, que en setiembre del año pasado no dudó en dejar a su bebé solo en un auto por más de una hora para ir a jugar al bingo.
“Los casos van en aumento. Si bien cerraron bingos en Capital, la gente puede hacer apuestas online o ir a lugares clandestinos”, contó a Clarín Luz Mariela Coletti, psicóloga y una de las directoras del centro de investigación y tratamiento de la adicción al juego Entrelazar. Con el proyecto de ley, se intenta poner límites. Si se sanciona, se abrirá un registro nacional de autoexclusión: cada persona con problemas con el juego se puede anotar voluntariamente por 6 meses. Si llegara a ir a algún salón de juego, el personal debería negarle la entrada (desde 2005, ese tipo de registro existe en la provincia de Buenos Aires). Después de 6 meses, se podría dar de baja del registro o no.
Otra medida es que se prohibirán los pagos con tarjeta de débito o de crédito y el uso de los cajeros automáticos dentro de las salas de juego, como otra manera de contener la compulsión por gastar dinero para jugar. No se permitirán las promociones o membresías especiales de estadías en hoteles por canje de fichas en salas de juego, y se dará capacitación al personal de bingos y casinos para que identifiquen a las personas en riesgo de juego patológico y las orienten para su derivación y tratamiento. También se limitarían los horarios de funcionamiento y se fijarían multas y suspensiones para las salas de juego que no cumplan con la norma.
“Da la impresión de que el proyecto de ley que se tratará es una iniciativa integral y pretende establecer una política pública para el juego patológico”, consideró Patricia Colace, psicóloga y especialista en adicciones. “Hay que tener en cuenta que no todas las personas que van a jugar son ludópatas. Pero es necesario adoptar una política pública integral porque las personas que padecen ludopatía sufren muchas complicaciones. Es necesario que el Estado los proteja y les brinde ayuda y contención. Si se sanciona la ley, las provincias deberían ejercer el poder de policía para que realmente se cumpla”.
Hace 25 años, había unos pocos casinos en la Argentina. En el año 1993 se abrió el primer bingo en Capital. Desde entonces, las salas de juego proliferaron en todo el país, y crecieron los casos problemáticos y patológicos. Cuando se diagnostican, se pueden controlar a través de terapias psicológicas, que pueden incluir a las familias. “En algunos casos, –señaló Coletti– hay antecedentes de familiares con el problema. En otros pacientes, atravesaron una situación de duelo y no la pudieron resolver en su momento”.
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