Cultura cannabica y reducción de daños
Fuente: www.lasdrogas.info. Gabriela María Richard Losano.
Cultura cannabica y reducción de daños: ¿Las ciencias sociales y las de la salud se están subordinando a las lógicas del mercado?
El fenómeno de las adicciones es multidimensional. ¿Es posible que la industria de las sustancias psicoactivas (legales e ilegales) tenga esta característica más en claro que la ciencia de la prevención para poder sacar partido a favor de sus propias metas? Lamentablemente, con mayor frecuencia que la deseada aparecen evidencias acerca de que eso es lo que estaría ocurriendo.
Perspectiva histórica
Ya en 1998 Calafat advertía que “… el análisis de las representaciones sociales de las drogas se está quedando fuera en el análisis de las condiciones sociales importantes y en estrategias preventivas que en muchas ocasiones no han obtenido los resultados esperados”. Pese al llamado de atención, este aspecto fundamental del fenómeno donde interactúan objetos de consumo, sujetos y contextos cambiantes, no parece haber sido tenido en cuenta por quienes están abocados de un modo u otro al diseño, ejecución y/o evaluación de los programas de abordaje integral de los consumos. Y digo consumos para ser inclusivos según la perspectiva de la complejidad definida en clave de salud integral: todo consumo de sustancias psicoactivas implica un conflicto respecto de procesos de salutogénesis. Los avances en neurociencias aportan cada vez más evidencias sobre este conflicto, además de las mismas que el registro del flujo cotidiano ofrece en los planos individual, familiar y social, a todo aquel que quiera verlas. También digo consumos, para subrayar la dinámica del par complementario que no puede ser entendido sin una oferta, que en esta era de mercados globales y producción a una escala superlativa -como nunca antes existió-, establece parámetros dignos de ser tenidos en cuenta.
Por el contrario, la industria se ha dedicado a investigar y trabajar sistemáticamente en el desarrollo de todo tipo de representaciones sociales que puedan inducir el deseo de consumo de cuanto producto se le ocurra producir, incluso valiéndose de muchos psicólogos, sociólogos y antropólogos para ello. Este hecho, se expresa con claridad en el caso la industria cannabica, del mismo modo que lo hizo inicialmente con el tabaco, el alcohol y los psicofármacos, y que no excluye a tantas otras sustancias psicoactivas en circulación, que alimentan los mercados por todos los ángulos posibles gracias a los individuos incautos que captan a diario.
Hace más de 20 años, en 2000, el Instituto y Red Europea para el Estudio de los Factores de Riesgo publicó un documento excelente titulado Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis* de CALAFAT, A.; JUAN, M.; BECOÑA, E.; FERNÁNDEZ C.;GIL, E.; LLOPIS, J.J.. Más que una advertencia, esta investigación describía con todo detalle la estrategia de avance de la industria de la marihuana expresada en lo que luego se instalaría como “cultura cannabica”. Es interesante, debido a que esto que en España era registrado en aquel entonces, actualmente tiene total vigencia en Argentina, donde la vulnerabilidad institucional de los últimos años ha ampliado las puertas de entrada a este entramado industrial/ comercial internacional. Cabe plantearlo desde este punto de vista, pues la dinámica en cuestión, que supo dedicarse vencer barreras legales, actualmente directamente las desconoce y avanza de modo sutil y estratégico impregnando el imaginario colectivo, las costumbres y las pautas culturales mismas. Atrasan quienes solo se preocupan por la dimensión normativa del fenómeno: esta es la última pieza que los grupos de poder con intereses económicos mueven. Lo hacen luego de haber han logrado sumar intereses de consumidores y vendedores locales, así como lobbys efectivos con otros grupos de poder. Sin duda, la legalización de una droga opera simplemente como legitimación de un mercado que se va labrando durante muchos años, y que, por tanto, facilita su crecimiento y sostenibilidad.
En sintonía con dicha perspectiva, enfocando los recursos que aplica esta industria y particularmente la de la marihuana, resultan muy valiosos los aportes de Manuel Isorna Folgar, María José Vázquez Figueiredo, Laura Redondo Gutiérrez, desarrollados en el documento “¿Cómo pueden las fake news o falsas creencias contribuir al consumo de cannabis? “. Ellos citan a Burkhart (2009), quien explica que en la actualidad se lanzan, siempre con un interés evidente y con un trasfondo económico, ciertas fake news relacionadas con el cannabis y en menor medida con el tabaco y alcohol, donde esas noticias, impuestas por unos pocos y no abiertamente discutidas, se va creando una percepción errónea, y a partir de las cuales todas las personas pertenecientes a un grupo se adhieren a la norma descriptiva percibida sin concordar con ella porque todos piensan (erróneamente) que todos los otros están de acuerdo con esta norma.” Luego, aclaran que “… los negocios de cannabis están creciendo rápidamente, junto con las agencias de marketing de cannabis y personas influyentes en las redes sociales que han estado acumulando seguidores en todo el mundo a través de diferentes plataformas de redes sociales…” Estas agencias de marketing conocen perfectamente el rol que las representaciones sociales tienen en los procesos de toma de decisiones de los potenciales o actuales consumidores.
Paradoja
Pese a tantas evidencias, sorprende que los marcos referenciales de las investigaciones sigan usando los mismos patrones que hace 3 años para indagar factores de riesgo y protección, casi todos centrados solo en variables intra psíquicas o familiares, tal vez condiciones de vulnerabilidad socio ambiental, pero casi nunca las relativas a las culturas propiciadas por los mercados. Esto luego se transfiere al diseño de estrategias preventivas.
Y para ello, el enfoque de reducción de daños, no como estrategia terapéutica específica, sino con el status “paradigma” muestre ser de utilidad. No es casual, que una revista comercial como la que se analiza aquí, le dedique de modo reiterado espacios a este tema, tal como se ilustra con las fotos adjuntas.
Con esto, en un contexto donde el mercado planifica con 20 años de anticipación el modo en que modelara y captara sus clientes, dejo abierta la pregunta acerca de si la prevención ambiental, enfocada solamente en fortalecer límites y controles es suficiente para alcanzar los resultados esperados.
Hacia la multidimensionalidad
Conviene identificar la multidimensionalidad de los fenómenos complejos como el que involucra a productos, conductas y contextos adictogénicos (mercados, agencias, universidades, gobiernos, etc.). También, registrar la dinámica que acontece entre las dimensiones asociadas a procesos motivacionales promovidos por dicho contexto así como por los mismos efectos que las sustancias psicoactivas son capaces de generar en el sistema nervioso central.
El registro de dicha multidimensionalidad puede ser obturado intencionalmente con fines específicos, y suele hacerse mediante la imposición de análisis binarios del tipo prohibicionismo vs reducción de daños, guerra contra las drogas o libre circulación de drogas, etc. Daños, prohibición, drogas son las palabras que dominan los discursos, relegando sistemáticamente el foco puesto en la salud, incluidos procesos y factores salutogénicos, análisis crítico, desarrollo de autonomía, libertad individual y colectiva, etc… Propongo, que estos ocupen el centro de la escena y tensionen motivacionalmente de modo competitivo.
En un contexto donde el mercado planifica con 20 años de anticipación el modo en que modelará y captará a sus clientes, dejo abierta la pregunta acerca de si la prevención ambiental, enfocada solamente en fortalecer límites y controles es suficiente para alcanzar los resultados esperados.
Referencias bibliográficas
Burkhart, G. (2009). Creencias normativas en estrategias preventivas: una espada de doble filo. Efectos de la percepción de normas y normalidad en campañas informativas, programas escolares y medidas ambientales. Revista Española de Drogodependencias, 34 (4), 376-400
Calafat, A.; Juan, M.; Becoña, E.; Fernández,C.; Gil, E. y Llopis, J. (2000). Estrategias y organización de la cultura pro-cannabis. Adicciones,12 (2), 231-273.
Isorna, M., Ríos, L. y Lamas, M., A. (2014). Evidencia científica y medidas preventivas para la reducción del consumo de cannabis durante la adolescencia. Revista Española de Drogodependencias 39(1) 12-30
Revistas THC Junio 2012 y Abril 2014. Buenos Aires , Argentina.
Richard, G. M (2019): Adolescencia. Enfoques sobre procesos intersubjetivantes de tipo salugénico y adictogénico. En jóvenes y vulnerabilidad. Cardozo, Griselda comp. (2019). En proceso de edición. Editorial NOVEDUC, Buenos Aires.
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