Drogas y nazismo
Un escritor alemán reveló que el consumo de estupefacientes fue clave en la invasión a Francia.
Fuente: wwweltiempo.com
El consumo de drogas por parte del régimen del Tercer Reich tiene un nuevo episodio en la historia tras un informe revelado por el diario británico ‘The Guardian’ en el que el autor del libro ‘The total rush’, Norman Ohler, cuenta que los soldados consumieron estimulantes que los mantenían despiertos hasta por 50 horas.
Según el escritor alemán, la distribución de drogas a las filas nazis fue toda una realidad. Esto debido a que años después, Ohler logró recopilar documentos de Theodor Morell, el médico personal de Adolfo Hitler, en los que encontró una carta de Martin Borrman en la que se dictaba una recomendación al galeno para que disminuyera la dosis de un medicamento que mantenía convaleciente a Hitler.
Bajo esa imagen de imbatibilidad y poco cansancio de Hitler, se recreó a un líder resistente y la tarea ahora era para quienes luchaban bajo su mando. Para eso, el doctor Fritz Hauschild desarrolló un medicamento que logró mantener en despiertos a los combatientes por casi 50 horas. El medicamento llamado Pervertin fue el que se consumió por muchos de los soldados con el fin de superar uno de los enemigos de las fuerzas: el sueño.
Según cuenta Ohler, la idea de que los simpatizantes y combatientes estuvieran despiertos durante largas horas fue fantástica para Hitler. “Cuando Hitler escuchó el plan para invadir (Francia), a través de las montañas de Ardenas, le encantó. Sin embargo, un comandante le había dicho que era difícil hacerlo, pues es posible que en la noche tengan que descansar las tropas, lo cual los podría dejar atrapados en las montañas. Después de que el medicamento quedó a disposición, fue posible mantenerse durante tres días y tres noches en pie. Todos los comandantes de los tanques se convirtieron en adictos. (…) Si no fuera por esos fármacos, la invasión a Francia no hubiera sido posible”, explicó el escritor al medio inglés.
El uso de los “medicamentos” fue mucho más allá. De acuerdo con la publicación, antes de que la Segunda Guerra Mundial finalizara, los marinos alemanes intentaron ingresar a Gran Bretaña con submarinos que solo podían ser piloteados por una persona. Sin embargo, conducirlos demandaba varios días de navegación, por lo que era necesario que los pilotos estuvieran despiertos por mucho tiempo. Para eso, el doctor Gerhard Orzechowsky, farmacólogo de la misión, ingenió una potente medicina basada en una goma de mascar de cocaína que mantendría a los soldados despiertos hasta por siete días continuos. La droga primero fue probada con prisioneros en los campos de concentración, los cuales caminaron durante varios días hasta caer al suelo producto del cansancio.
Bajo esa imagen de imbatibilidad y poco cansancio de Hitler, se recreó a un líder resistente y la tarea ahora era para quienes luchaban bajo su mando. Para eso, el doctor Fritz Hauschild desarrolló un medicamento que logró mantener en despiertos a los combatientes por casi 50 horas. El medicamento llamado Pervertin fue el que se consumió por muchos de los soldados con el fin de superar uno de los enemigos de las fuerzas: el sueño.
Según cuenta Ohler, la idea de que los simpatizantes y combatientes estuvieran despiertos durante largas horas fue fantástica para Hitler. “Cuando Hitler escuchó el plan para invadir (Francia), a través de las montañas de Ardenas, le encantó. Sin embargo, un comandante le había dicho que era difícil hacerlo, pues es posible que en la noche tengan que descansar las tropas, lo cual los podría dejar atrapados en las montañas. Después de que el medicamento quedó a disposición, fue posible mantenerse durante tres días y tres noches en pie. Todos los comandantes de los tanques se convirtieron en adictos. (…) Si no fuera por esos fármacos, la invasión a Francia no hubiera sido posible”, explicó el escritor al medio inglés.
El uso de los “medicamentos” fue mucho más allá. De acuerdo con la publicación, antes de que la Segunda Guerra Mundial finalizara, los marinos alemanes intentaron ingresar a Gran Bretaña con submarinos que solo podían ser piloteados por una persona. Sin embargo, conducirlos demandaba varios días de navegación, por lo que era necesario que los pilotos estuvieran despiertos por mucho tiempo. Para eso, el doctor Gerhard Orzechowsky, farmacólogo de la misión, ingenió una potente medicina basada en una goma de mascar de cocaína que mantendría a los soldados despiertos hasta por siete días continuos. La droga primero fue probada con prisioneros en los campos de concentración, los cuales caminaron durante varios días hasta caer al suelo producto del cansancio.
Sin embargo, cuando los marineros estaban dentro de los pequeños submarinos, estos sufrieron ataques psicóticos y hasta algunos terminaban por perderse hacia el objetivo militar. El hecho de que estuvieran desaparecidos por siete días era irrelevante para los líderes del nazismo.
Asimismo, luego de sus enfermedades en 1941, Hitler se volvió dependiente de las drogas. Prueba de esto, según el escritor, es el consumo de Eukodal, una droga similar a la heroína que lo volvía eufórico y que alcanzó a mezclar con cocaína que su médico personal le había prescrito para un problema de oídos.
De acuerdo con el libro ‘The total rush’, si bien el nazismo parecía ser organizado, el uso de las drogas pudo convertirlo en un completo caos.
Un reporte revelado en octubre de 2014 detalló que Hitler alcanzó a consumir 74 tipos de fármacos durante su régimen.
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