Informe Mundial sobre las Drogas 2016 (XVIII): Los sistemas de justicia penal y el costo de las políticas en materia de drogas
Más del 75% de las personas encarceladas por delitos relacionados con drogas han sido condenadas por tráfico y menos del 25% por posesión de drogas para consumo personal
Como en el caso de las actividades de las fuerzas del orden
en general, si las operaciones están a cargo de instituciones
imparciales, transparentes, eficaces y ajustadas a las normas
de derechos humanos, se promueve con ellas el estado de
derecho y la administración de justicia en condiciones de
igualdad. En cambio, si no respetan esos principios pueden
inducir a una represión indiscriminada y a la violación de los
derechos ciudadanos.
Los escasos datos disponibles indican que más del 75% de
las personas encarceladas por delitos relacionados con drogas
han sido condenadas por tráfico y menos del 25% por
posesión de drogas para consumo personal. Hay diferencias
entre jurisdicciones en cuanto a las definiciones, las facultades
discrecionales de los fiscales y el tipo y rigor de las sanciones
por delitos relacionados con las drogas. En algunas regiones,
algunos países aplican enfoques más punitivos, lo que puede
significar penas de cárcel, cuando se trata de personas detenidas
por delitos menores relacionados con las drogas, como
la posesión de pequeñas cantidades para consumo personal.
En cambio, varios países han optado por reducir la dureza de
las sanciones, adoptando medidas sustitutivas de la privación
de libertad o las penas (como multas, amonestaciones, libertad
vigilada u orientación) en los casos de delitos menos
graves de consumo personal sin agravantes. Recurrir excesivamente
a las penas de privación de libertad para castigar los
delitos leves relacionados con drogas no sirve para reducir la
reincidencia, y además sobrecarga los sistemas de justicia
penal, lo que les impide ocuparse con eficacia de los delitos
graves. Se ha demostrado que prestar servicios de tratamiento
y atención de base empírica a los delincuentes que consumen
drogas, como medida sustitutiva del encarcelamiento,
aumenta sustancialmente las probabilidades de recuperación
y reduce la reincidencia.
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