LA PROPAGANDA

Fuente: Redacción.

Hace poco más de dos décadas, los estudios de opinión situaban la problemática de las drogas entre los primeros lugares: la gente estaba espeluznada con sus efectos.
Con el paso de los años, poco a poco fue descendiendo de lugar, pero la realidad, lejos de cambiar, empeoraba: un sin cesar de nuevas drogas con efectos letales.
Incluso llegó el día en que las drogas dejaron de estar entre las preocupaciones de los españoles, precisamente cuando más daño y muertes estaba provocando. Esto mismo sucedió en todos los países del mundo.
¿Nos habíamos vuelto locos?
En absoluto. Un sobrino de Sigmund Freud, Edward Bernays, había inventado la propaganda, que podríamos definir como la manipulación de masas sin que ellas lo sepan. Evidentemente, jugaba con el inconsciente que su tío había descubierto y le sacó un gran partido.
Un ejemplo de sus hazañas fue hacer fumar a las mujeres. ¿Cómo lo hizo? Incluyendo en el cine a mujeres sofisticadas fumando en pipa. Inmediatamente millones de mujeres se añadieron a la moda de fumar.
Esta manipulación del inconsciente colectivo se utiliza actualmente en todos los ámbitos, desde el político hasta el económico, y si se hace bien, el resultado está garantizado.
¿Pero no se hacen películas sobre drogas?
No. Se hace algo mucho peor: una campaña global que cuenta, por ejemplo:
– Con el continuo suicidio de famosos. Si estás inmerso en una depresión profunda, no te tirarás por un barranco (eso es antiguo); te matarás con drogas que es lo que está de moda.
– Con los prescriptores de algunos medios de comunicación, que hacen creer que ingerir todo tipo de drogas es poco menos que dar el sentido a la vida.
– Las continuas mentiras que supuestos expertos vomitan sobre la sociedad.
ES TODO UNA CAMPAÑA DE PROPAGANDA, en la que la desgraciada mayoría cae con toda candidez. Les están engañando, están arruinando sus vidas, y ellos no se dan cuenta.
Y todo es cuestión de dinero: en la cajetillas de tabaco se autorizó incluir “Fumar mata”, porque el gasto sanitario por su causa resultó insoportable. Pero, por ejemplo, el megapoder de la industria del alcohol no nos permite añadir “Beber mata”, sino al contrario: “BEBE con moderación”. Fijémonos en que el verbo, que es el que lleva siempre la acción en una frase, es un imperativo: “BEBE”. Lo de “con moderación” pasa desapercibido. ¿Por que no ponen la verdad: El alcohol es la droga que más mata? Dinero, solo dinero y millones de ingenuos destrozándose de por vida.
Creemos tener opinión libre, y nada más lejos de la realidad. Solo con un juicio atento, analítico y desconfiado (no paranoico) podemos tener algo de libertad. Si el propósito de la industria fuese tu salud, diría ‘NO BEBAS’ y ‘no consumas drogas’, y se emitirían programas científicos y rigurosos que lo explicasen. Impensable, ¿no? Pues si quieres sobrevivir a este holocausto te toca ser más astuto que los criminales que viven de tu ignorancia.
En la actualidad, desde hace unos diez años, se está desarrollando un campaña en favor de una droga. Expertos sin escrúpulos salen en su defensa. ¿Sabes de qué hablamos, verdad?
Y todo esto respecto a las drogas ilegalizadas. El Premio Nobel en Medicina de 1993, tras recoger su premio, declaró:
La industria farmacéutica quiere servir a los mercados del capital. Si solo piensas en los beneficios económicos, dejas de preocuparte por servir a los seres humanos. He comprobado cómo, en algunos casos, los investigadores dependientes de fondos privados habrían descubierto medicinas muy eficaces que habrían acabado por completo con una enfermedad, pero eso no habría sido rentable porque las farmacéuticas a menudo no están interesadas en curarle a usted, sino en sacarle el dinero, así que esa investigación de repente es desviada hacia el descubrimiento de medicinas que no curan del todo, sino que mantienen la enfermedad y le hacen experimentar una mejoría que desaparece cuando deja de tomar el medicamento. El interés no es curar, sino mantener como incurables las dolencias”. RICHARD J. ROBERTS (Premio Nobel de Medicina en 1993).

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