Las agresiones sexuales a mujeres por sumisión química crecen un 8% en España
Fuente: diariodeibiza.es. Samar Elansari.
Asociaciones feministas y de defensa a las víctimas presentan 105.000 firmas para que
el Gobierno regule este tipo de ataques
La alarma social con la sumisión química se ha vuelto a encender. Estas agresiones, que
dejan a las mujeres en una situación de completa vulnerabilidad al perder muchas veces la
conciencia y no tener las riendas de sí mismas, terminan muchas veces
en violaciones, sobre todo en espacios de ocio nocturno. Pero pocas mujeres se atreven a
contarlo porque no tienen en qué respaldarse: no recuerdan qué ni cómo pasó, ni tampoco
quién las atacó. En España, muchos movimientos feministas y de defensa a las víctimas
de agresión sexual han puesto el foco en los últimos meses en la sumisión química,
pidiendo a las instituciones una mayor protección de las víctimas. La semana pasada,
el Ministerio de Justicia recibió más de 100.000 firmas de personas que reclaman que
regule de una vez esta situación.
La sumisión química es un tipo de violencia en que se droga a las víctimas para después
poder agredirlas sexualmente sin que puedan recordar nada. Ese estado de drogadicción
lleva a las mujeres a no recordar nada de lo sucedido y realmente dudar de si fueron
agredidas o no. Además los tipos de drogas utilizadas en estos casos, la ‘burundanga’ y el
GHB, que desaparecen del organismo entre dos y ocho horas después de ser ingeridas, hecho
que provoca que sean prácticamente indetectables en sangre a las pocas horas de la agresión.
Estos actos violentos afectan la mayoría de las veces a mujeres jóvenes en contextos de ocio
nocturno. Y el pasado 2021 experimentaron un aumento importante, hecho que ha producido
que se haya encendido una alarma social y estos casos sean cada vez más visibles. Según
el informe de violencia sexual de 2021 del Hospital Clínic de Barcelona, en el 30% de las
agresiones sexuales cometidas en contexto de ocio nocturno hay indicios de sumisión
química. Durante el año 2020, las agresiones de este tipo tuvieron un ligero descenso,
llegando al 22,3% pero tras la pandemia han vuelto de nuevo a niveles de 2019. De estas,
alrededor del 55% se cometieron a menores de 25 años. La agresión sexual facilitada por
drogas se produce después de la ingesta y las víctimas despiertan al día siguiente sin
recordar nada de lo que sucedió. Lo único que saben es que fueron violadas.
‘Denuncia tu bar’
La sumisión química es un tipo de violencia en que se droga a las víctimas para después
poder agredirlas sexualmente sin que puedan recordar nada. Ese estado de drogadicción
lleva a las mujeres a no recordar nada de lo sucedido y realmente dudar de si fueron
agredidas o no. Además los tipos de drogas utilizadas en estos casos, la ‘burundanga’ y el
GHB, que desaparecen del organismo entre dos y ocho horas después de ser ingeridas, hecho
que provoca que sean prácticamente indetectables en sangre a las pocas horas de la agresión.
Estos actos violentos afectan la mayoría de las veces a mujeres jóvenes en contextos de ocio
nocturno. Y el pasado 2021 experimentaron un aumento importante, hecho que ha producido
que se haya encendido una alarma social y estos casos sean cada vez más visibles. Según
el informe de violencia sexual de 2021 del Hospital Clínic de Barcelona, en el 30% de las
agresiones sexuales cometidas en contexto de ocio nocturno hay indicios de sumisión
química. Durante el año 2020, las agresiones de este tipo tuvieron un ligero descenso,
llegando al 22,3% pero tras la pandemia han vuelto de nuevo a niveles de 2019. De estas,
alrededor del 55% se cometieron a menores de 25 años. La agresión sexual facilitada por
drogas se produce después de la ingesta y las víctimas despiertan al día siguiente sin
recordar nada de lo que sucedió. Lo único que saben es que fueron violadas.
Nacido en Bruselas (Bélgica) a raíz del aumento de agresiones sexuales por sumisión
química en el país, el movimiento
‘Denuncia tu bar’ empezó a tener gran visibilidad a
raíz de una oleada de protestas el pasado noviembre. En España, en el mismo mes, hubo una
concentración en Madrid para visibilizar este tipo de agresiones. «Algunos de los efectos
secundarios dependen de la dosis que se le haya administrado a la víctima. Mareos,
vómitos, pérdida de conocimiento, pérdida de la memoria e incluso llegar al coma son
algunos de los efectos que este tipo de drogas provocan en las víctimas», detallan las
portavoces de ‘Denuncia Tu Bar’ en España.
«La problemática reside en el vacío en cuanto a la tipificación de la denuncia ya que
cuando las víctimas acuden a urgencias ya no quedan rastros de las sustancias y no pueden
demostrar qué les ha pasado. Además, se quedan sin saber qué hacer porque saben que
han sido violadas pero no recuerdan ni por quién ni dónde», agregan las mismas fuentes, que
solicitan permanecer en el anonimato. «Los agresores suelen drogar no solo a la víctima, si
no también a los acompañantes para que ellas no puedan tener a nadie que testifique a su
favor. Este caso lo hemos visto mucho en un pub de Madrid, donde se drogaba a la
víctima y al acompañante de tal manera que el acompañante no recordaba nada y ellas
sabían que habían sido violadas pero no conocían más detalles de lo ocurrido», comentan.
Desde la plataforma abogan por un control en los locales para prevenir estos casos y que las
mujeres puedan disfrutar de un ocio nocturno seguro y sin riesgos. «Lo básico es que si ves
a una mujer en ese estado, informes a los camareros que no les sirvan más alcohol,
empecemos por ahí. Yo entiendo que los locales ganan dinero vendiendo pero no puede ser a
costa de la violación de las mujeres. Y por supuesto esto no puede quedar como una mera
conciencia social, si no que se tiene que llevar a nivel institucional. Necesitamos proteger a
las mujeres en estos ámbitos y esto solo se consigue llevando esto a nivel institucional»,
concluyen.
Después de varios meses dando visibilidad a través de las redes, muchas asociaciones han
conseguido que la sociedad ponga el foco en estas agresiones y cada vez son más las
personas que piden justicia y protección en estos casos. Esta semana se han presentado en
Madrid más de 105.000 firmas en el Ministerio de Justicia para reclamar un protocolo
unificado para médicos y jueces que permita a las víctimas de sumisión química contar con
una protección institucional.
En el texto de la iniciativa presentada al Ministerio de Justicia, el objetivo es que
el protocolo aborde de manera integral este tipo de actuaciones para que, tanto el personal
sanitario como los jueces, actúen de una manera apropiada e impedir no dar carta blanca
a los violadores para seguir haciéndolo. La entrega ha sido telemática, pero una de las
impulsoras de esta iniciativa, a través de ‘Change.org’, ha representado esta entrega delante
de la sede de Justicia.
La iniciativa parte de una mujer que asegura haber sido víctima de esta práctica por parte de
unos vecinos que la invitaron a su casa a tomar algo. «Yo bebo muy poco alcohol y por eso
ese día apenas me tomé dos copas de vino suaves», ha explicado, antes de señalar que quedó
«absolutamente inconsciente durante al menos tres horas».
Esta mujer decidió denunciar y, según ha explicado, se ha gastado «más de 3.000 euros» en
conseguir pruebas, aunque, finalmente, «el juzgado de Estepona ha archivado» el caso. Ella
ha asegurado, tras esta decisión, que se siente «abandonada e insultada» por un sistema que,
a su juicio, «mira para otro lado» mientras hay mujeres que son agredidas de este modo. A su
juicio, es «imprescindible» que este protocolo se lleve a cabo para evitar que se agreda a
las mujeres con sumisión química, un delito que, según apunta en la iniciativa, es «habitual
que o haya testigos» y que «el testimonio de las víctimas sea difuso» por la propia sustancia.
El periodo de pre-matriculación para la próxima edición del MÁSTER EN PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS CONDUCTAS ADICTIVAS se abrirá en abril.
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