Las borracheras en jóvenes españoles se han duplicado, según alertan los médicos
El 15% de los jóvenes de entre 14 y 18 años se emborracha cada fin de semana y el 30% lo ha hecho durante este último mes. «El sistema nervioso de los jóvenes es muy sensible al alcohol, y su consumo elevado tiene consecuencias negativas», señala el doctor Joan Ramon Villalbí.
Fuente: www.20minutos.es
Los médicos alertan de que en España «se bebe demasiado» y que la frecuencia de los episodios de borracheras entre los jóvenes se ha duplicado en los últimos 20 años, con graves consecuencias en su salud, con embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual y causa de accidentes de tráfico mortales.
Estas son algunas de las principales conclusiones de los expertos que han pasado por la ponencia de la comisión mixta Congreso-Senado «Menores sin alcohol», que tiene por objetivo elaborar un informe o dictamen para orientar una futura ley sobre alcohol y menores, tal como apuntó la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat.
Más casos de comas etílicos
Así, la ponencia estudia modificaciones legales para reducir el consumo del alcohol entre los más jóvenes, el 15% de los cuales entre 14 y 18 años se emborracha cada fin de semana y cada vez se detectan más casos de comas etílicos, algunos de los cuales acaban en fallecimiento del menor, ante lo que los expertos sugieren medidas eficaces, como situar en los 18 años la edad mínima para consumir cualquier tipo de bebida alcohólica.
El representante de la Sociedad Española de Epidemiología, con sede en Barcelona, el doctor Joan Ramon Villalbí, explicó en la comisión que en España aún «se bebe demasiado» a pesar de que «el consumo per cápita desde los años 70 hasta ahora ha pasado de los 19 litros de alcohol puro a los 10 por habitante y año».
Uno de los puntos más preocupantes es el consumo lúdico del alcohol entre los más jóvenes, pues «las borracheras se han duplicado en los últimos 20 años» a pesar de haber bajado la proporción de adolescentes que beben.
«El sistema nervioso de los jóvenes es muy sensible al alcohol, y su consumo episódico elevado (‘binge drinking’) tiene consecuencias negativas para el funcionamiento y maduración cerebral, además de asociarse a una mayor incidencia de lesiones, accidentes y prácticas sexuales de riesgo. Hay que contrarrestar la frecuente banalización de su consumo por parte de muchas familias y de los propios menores, retrasar la edad de inicio, y disminuir tanto la frecuencia como la intensidad de estos episodios», ha explicado Villalbí, de la Agencia de Salud Pública de Barcelona.
Problemas relacionados con el alcohol
Por su parte, el doctor Rodrigo Córdoba, coordinador del Grupo de Educación Sanitaria y Promoción de la Salud de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, recuerda que el 30% de los menores de 14 a 18 años se ha emborrachado en el último mes y que un 15% lo hace todas las semanas.
«Una chica de 15 años que pese 50 kilos puede fallecer con la ingesta de media botella de vodka o ginebra consumida en una hora», ha alertado Córdoba en alusión a los recientes fallecimientos o comas etílicos entre adolescentes.
Tal como relata Córdoba, «retrasar la edad de inicio es fundamental. Actualmente la edad de inicio en el consumo de alcohol es de 14 años. Los menores que beben con esa edad tienen un 46% de probabilidades de tener problemas relacionados con el alcohol a lo largo de su vida (coma etílico, fracaso escolar, peleas, embarazo no deseado, suicidio, accidentes de tráfico enfermedades del hígado)».
«Si se empezara a beber a los 21 años, esa probabilidad de problemas se reduce al 9%», ilustra.
Medidas para la prevención
Entre las medidas que recomiendan los expertos destacan la prevención en el ámbito escolar, un aumento del precio del alcohol (incluido el vino) con un impuesto especial España es uno de los países más baratos de la UE, etiquetas con advertencias sanitarias, reducir los establecimientos de venta, disminuir a cero la tasa de alcoholemia, un «acuerdo social» para el inicio de consumo de bebidas alcohólicas a los 18 años, reducción de la publicidad y patrocinio, y sanciones económicas para el consumo en la vía pública.
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