Mi experiencia con el cristal
Fuente: www.latimes.com. MARÍA ANTONIETA JUÁREZ A.
“El primer año la pasé muy bien, no lo hacía frecuentemente y trataba de dormir y comer durante la semana. Tres años más tarde, ya estaba separado y en busca de trabajo; hacía puro trabajillo balín, porque en casi todos lados me pedían prueba de detección de drogas.
“Mi ex es una buena mujer, limpia, trabajadora y responsable, ahora lo puedo ver, pero cuando estaba con ella le inventaba cosas, en mis alucines le decía que me engañaba, a veces revisaba debajo de la cama, buscando a un supuesto amante, le hablaba muy feo y, por si fuera poco, le robaba el poco dinero que ella conseguía. Me separé muy resentido, en mi mente, ella era la culpable de todo, si me decía que buscara ayuda, me encendía, las peleas eran continuas y en más de una ocasión nos fuimos a los golpes.
“Durante mucho tiempo le insistí para que consumiera conmigo, lo hizo solo por seguirme la onda, esa fue la peor época, nos desvelábamos juntos y luego yo no quería hacer nada, pero ella tenía que levantarse o seguirse de largo para atender a los niños, hasta que después de un mes decidió parar.
“Las cosas empeoraron cuando ella empezó a trabajar, yo me moría de celos y peleábamos más, hasta que nos separamos y dejé de verla a ella y a mis hijos.
“Pasaba las noches en vela prendido a la pipa, en mis alucinaciones, escuchaba que mi esposa y su amante (imaginario) se burlaban de mí. Estuve a punto de salir a buscarla y matarla, le llamaba por teléfono para insultarla y un montón de cosas, que me da vergüenza relatar.
“Aunque el cristal era mi droga preferida, también consumía alcohol, tabaco, marihuana, pastillas, en fin, de todo; no consumía más porque mis recursos eran muy limitados y el cristal es la droga más barata.
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