Patricia Sosa, la promotora de la lucha antitabaco
Dirige en Latinoamérica la Campaña por Niños Sin Tabaco
Trabajo en la Campaign for Tobacco-Free Kids desde 1997. Ellos me reclutaron porque soy abogada con especialización en relaciones internacionales y trabajé sacando adelante políticas públicas para el Gobierno en el Congreso de Estados Unidos
Fuente: www.elespectador.com
¿Por qué lucha contra el tabaco?
Trabajo en la Campaign for Tobacco-Free Kids desde 1997. Ellos me reclutaron porque soy abogada con especialización en relaciones internacionales y trabajé sacando adelante políticas públicas para el Gobierno en el Congreso de Estados Unidos.
¿Cuándo comenzó a trabajar en Latinoamérica?
En el 2006 surgió la Fundación Bloomberg y la primera iniciativa que financiaron fue en contra del tabaco. Ellos llamaron a mi organización para ser parte de ese proyecto y desde entonces coordino el trabajo en Latinoamérica. Por mi perfil y por haber sido criada en Puerto Rico, pensaron que era idónea para la responsabilidad.
¿Por qué los niños son vulnerables ante la industria tabacalera?
Los niños y jóvenes son los clientes más importantes de las tabacaleras, porque pueden ser fumadores durante un largo plazo. Si una persona empieza a fumar antes de los 18 años, es proclive a hacerlo toda la vida. Aun cuando existen políticas que prohíben la publicidad, la industria hace todo lo que puede por dirigir sus productos a los jóvenes.
¿Cómo está Latinoamérica en legislación contra el cigarrillo?
Existe algo llamado Convenio Marco para el Control del Tabaco, un tratado internacional de la OMS. En Latinoamérica tiene un alto nivel de ratificación y la gran mayoría de países han pasado leyes de implementación. En la región, donde generalmente pasan leyes que no se aplican, las normas para regular el tabaco son muy exitosas.
¿Qué consecuencias ha traído ese éxito para las tabacaleras?
Si vemos las cifras de ventas de la Philip Morris, por ejemplo, han bajado en la región. Tuvieron que cambiar sus estrategias de mercadeo. Ahora venden cigarrillos con saborizantes y manufacturan productos light para iniciar a la gente. Para ellos, lo importante es que comiencen.
¿Es difícil convencer a los políticos de legislar para regular el tabaco?
Es fácil hacerlo en Uruguay, donde el presidente es oncólogo. En países como México, donde la industria tabacalera tiene gran influencia, es más difícil. Colombia cae en el medio. Tiene una ley que ha impactado el consumo, pero seguimos luchando por un alza en los impuestos.
¿Cuáles son los beneficios de subir los impuestos al tabaco?
Los costos de las enfermedades relacionadas con el tabaco son muy altos. Reducir el consumo reduce esos costos. Hay menos ataques al corazón y lo mismo sucede con el resto de enfermedades producidas por la adicción al cigarrillo.
¿Subir los impuestos no implica un alza en el contrabando?
El Banco Mundial reporta que muchos países que no tienen impuestos altos para el tabaco tienen altas tazas de comercio ilícito. El contrabando existe, no por el tabaco, sino por problemas mayores. Los países que han aumentado los impuestos han logrado aumentar el recaudo, y el comercio ilícito no ha socavado los objetivos de la política pública.
¿Y no se perderían empleos?
La industria exagera cuando dice que estas medidas provocan grandes pérdidas económicas y de empleos. Ellos son una parte ínfima de la industria y la agricultura. Si esto fuera así, la lucha contra el tabaco no habría tenido tantos logros.
¿Cuál ha sido su mayor logro en estos 19 años de trabajo?
Las intervenciones menos costosas que se han hecho en la legislación. Hemos salvado miles de vidas y pronto llegaremos a millones. Es un movimiento global que apoya comunidades saludables, previene muertes prematuras y el sufrimiento humano. Mi mayor logro es poder hacer parte de eso.
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