PODRÍAS SER VÍCTIMA DE LA ADICCIÓN DEL SIGLO XXI Y NO SABERLO
Notificaciones, etiquetas, menciones, vídeos en vivo, publicaciones, selfis… hasta hace no tanto tiempo, cuando un teléfono móvil solo servía para realizar llamadas, estas palabras no tenían el mismo significado que cobraron con el desarrollo de internet. Hoy, la masificación de los dispositivos inteligentes ha modificado profundamente a la sociedad, al punto de crear una nueva adicción.
No se trata de una sustancia química: pasar horas frente a las pantallas para estar al corriente de todo lo que sucede en las redes sociales puede considerarse en sí un comportamiento adictivo, explicó a Sputnik la terapeuta Maite Simal, del Centro Can Rosselló de Barcelona, especializado en el tratamiento de adicciones y patología dual.
En esta clínica se busca que el paciente pueda «vivir el resto de su vida sin depender de ninguna sustancia ni de ninguna conducta adictiva». Esto incluye la conexión a internet. No es un camino fácil. Al principio, el tratamiento es «muy estricto» y, dependiendo de la evolución de cada paciente, gradualmente se van incorporando cosas.
El patrón de tratamiento es básicamente el mismo que se utiliza en otro tipo de adicciones y hasta el momento se están obteniendo «buenos resultados» con el abordaje.
Desde que se inicia el tratamiento hasta que se le permite tener un teléfono con conexión a internet puede pasar bastante tiempo. Lidiar con la adicción a internet en pleno apogeo de la sociedad de la información se hace cuesta arriba cuando la conexión a la red está presente en todos los ámbitos de la vida.
En general los adictos a las redes sociales son «jóvenes», lo que plantea una dificultad para que puedan discernir que la hiperconexión «les está ocasionando un daño en su vida», quizás «por la inconsciencia» típica de esa etapa de la vida o «porque sus conocidos actúan igual».
En el contexto actual, las personas cada vez se relacionan menos. Los niños «ya no salen al parque a jugar» y utilizan más las computadoras y los dispositivos móviles para acceder a las redes sociales como nueva vía de interacción. Esta metamorfosis que vive la sociedad genera «nuevas adicciones».
Sin embargo, es importante entender la naturaleza de la adicción. En este tipo de patologías «nadie es culpable». Según Simal, «es como el que desarrolla un cáncer o la diabetes». En muchos casos «hay un fondo genético y un fondo social que se une». La adicción «no entiende de clases ni de edades, con lo cual no hay culpables».
Hay ciertas prácticas que convienen para no fomentar la adicción en los pequeños. Una medida acertada es restringir el uso de los dispositivos con conexión en los niños pequeños y que en lo posible lo hagan en un lugar de la habitación donde se los pueda controlar.
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