​»LA MENTIRA DE «LO DEJO CUANDO QUIERO»

Fuente: www.hoy.com.py

Para la batalla contra las adicciones siempre es necesaria la ayuda profesional ya que el “lo dejo cuando quiero” no es una opción.

Una pareja de España llevaba todos los días a sus hijos a jugar a un parque. Mientras los chicos disfrutaban, la mujer y el hombre consumían cocaína. Ambos se dieron cuenta que la situación era insostenible, por la salud de sus hijos y la propia por lo que decidieron buscar ayuda profesional.

Al inicio del tratamiento ambos reconocieron que tenían un problema y hoy, luego de una meticulosa terapia, ya van seis meses que no consumen cocaína y ni siquiera alcohol. Con alguna que otra crisis de desconfianza cada mes y medio además de la invitación constante de los amigos, la pareja logró superar su adicción pero aún continúa bajo tratamiento.

El sicólogo tratante no les prohibe ver a sus amigos porque eso sería alimentar al deseo de consumir. En una ocasión, ambos fueron a un bar y pidieron dos cervezas sin alcohol. La mesera, como era nueva en su rubro, les llevó las bebidas con alcohol.

Ambos creyeron que lo que tuvieron fue una recaída pero el tratante les dijo que en su caso se trataba de un error y que este nada más no debe repetirse. El sicólogo pudo haberles dicho que el tratamiento debe reiniciarse pero se mantuvo en la línea de sus pacientes y estos, hasta hoy, continúan sin usar drogas.

Andrés Martín Joison es un sicólogo clínico hispanoargentino que implementó una nueva metodología para el abordaje de las adicciones. La plasmó en un libro llamado “De la adicción a la autonomía” en la que explica que no se trata de que la persona solo deje la adicción sino que empiece con una construcción de identidad.

“Tratar a un paciente en una consulta, sin atravesar la barrera neuroquímica, no tiene sentido”, expresó Joison quien explicó que el desarrollo de la creatividad ayuda para que el tratamiento contra la adicción sea efectivo.

LAS FASES

En primer lugar, el adicto tiene que tomar consciencia de que es esclavo de su impulso a consumir o a desarrollar algún tipo de actividad.

En una segunda fase, al superarse el estado de negación que se basa en la idealización de que el problema puede ser enfrentado por uno mismo, el conocido “no tengo un problema, yo podría solo con esto”.
Posteriormente se avanza a la construcción y a la reconstrucción, un proceso proceso largo y trabajoso en el que se atraviesa por la dependencia. Todos los pasos deben ser seguidos de cerca por un sicólogo.

Joison adquirió estos conocimientos durante su carrera desde que trabajó en el Centro de Salud Ameghino de Buenos Aires. Allí descubrió el tratamiento sicológico para superar las adicciones y lo fue perfeccionando.

A nivel regional existen características similares en estratos sociales bajos de la sociedad ya que las personas en el rango de pobreza buscan en la droga un refugio contra sus realidades. Para el profesional, esta situación podría paliarse si los gobiernos invierten en espacios públicos. Si la mente se mantiene ocupada, existen menos probabilidades de caer en el consumo.

FAMILIAS PERJUDICIALES

En algunos casos, no tener familia es mejor que tenerla. Joison argumentó que hay núcleos que empujan a uno de sus miembros al consumo.

“Las personas adictas tienen una disposición adictiva porque en su infancia no tuvieron sostenes afectivos apropiados ni sociales. En uno a cuatro años, estas madres y padres sin darse cuenta, empujan a sus hijos a la adicción”, expresó.

Indicó que muchas veces las familias empujan al adicto al consumo a veces por desconocimiento y otras por continuar con la dinámica de no plantearse nada porque siempre, el problema es el adicto.

“Es un problema familiar más amplio y social en el que no se debe poner al adicto como el sujeto problema”, puntualizó.

Las adicciones no son un problema personal. El entorno, influye. Está en la población detectarlo a tiempo y buscar ayuda profesional porque la autogestión, en la mayoría de las ocasiones, termina siendo peor que la enfermedad.