SUBEN EL PRECIO DEL ALCOHOL EN ESCOCIA COMO MEDIDA CONTRA LAS ADICCIONES
Fuente: www.excelsior.com.mx
La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, calificó la iniciativa como una medida audaz y valiente tras años de batalla legal.
«Creo que países de Europa y otras partes intentarán imitar lo que se hizo aquí”, explicó Sturgeon, luego de afirmar que Irlanda y Gales quieren lanzar proyectos similares.
Escocia fijó un precio mínimo de 50 peniques (12.91 pesos) por unidad de alcohol, una medida que toma en cuenta a la vez la cantidad de alcohol y el volumen del producto.
Medidas similares se aplican ya en seis países como Canadá, algunos estados norteamericanos, Rusia, Moldavia, Ucrania y Uzbekistán.
Una botella de 700 mililitros de whisky no podrá venderse en Escocia por menos de 14 libras esterlinas (361.57 pesos) y una de 750 mililitros de vino con una graduación de 12.5 grados costará 4.69 libras (121.13 pesos).
Esta iniciativa, destinada a combatir los estragos causados por el alcohol, cuenta con el visto bueno de médicos y asociaciones que la consideran el mayor progreso en materia de salud pública desde la prohibición de fumar en lugares públicos.
En 2016, mil 265 muertes en Escocia (5.3 millones de habitantes) estaban relacionadas con el consumo de alcohol, un aumento de 10 por ciento con respecto al año pasado.
Los comerciantes cuentan con pérdidas mínimas. Es más, Linda Williams, propietaria de una tienda en Edimburgo, estima que la medida podría ayudar “a poner al mismo nivel los supermercados y los comercios independientes”. “No podrá haber más descuentos grandes en los licores y los paquetes de cerveza de gran tamaño que son realmente los que originaron todos los problemas con el alcohol”, recalcó.
La medida entró en vigor después de años de demandas judiciales que la fueron retrasando. El año pasado el Tribunal Supremo apoyó la iniciativa del gobierno escocés, al desestimar el recurso presentado por la Asociación del Whisky Escocés (SWA) y otros representantes de la industria.
Siete jueces de Londres declararon unánimemente que la fijación de un precio mínimo era “un medio proporcionado para alcanzar un objetivo legítimo” y no violaba las leyes europeas. Esto puso fin a una batalla legal que llegó al Tribunal Europeo de Justicia en 2015.
Pese al fracaso del recurso, un portavoz de la SWA declaró que la industria trabajó “en cooperación” con el gobierno para la aplicación de la medida.
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